Carmen Aristegui F. / Medios y telecomunicaciones

AutorCarmen Aristegui F.

Muchos nombres se han sumado, desde la sociedad, para impulsar la aprobación de la iniciativa conocida como Ley Federal de Telecomunicaciones y Contenidos Audiovisuales, principalmente la Asociación Mexicana de Derecho a la Información y otras organizaciones en un Frente Nacional por una Nueva Ley de Medios. Se creó, incluso, un sitio con los correos electrónicos de senadores y diputados para que los ciudadanos les envíen mensajes sobre el tema. Se ha desatado, vía Twitter y Facebook, un intenso y saludable debate sobre el asunto (nuevaleydemedios.amedi.org.mx).

La iniciativa se presentó, en ambas Cámaras, el 8 de abril, en respuesta a la que fue aprobada en la Comisión de Radio y Televisión que preside el senador Carlos Sotelo. Se publicó que esta última había salido de un programa Word con la huella de la empresa Televisa. Sotelo dio una explicación que convenció a unos pero no a otros. No era difícil que el fantasma de la Ley Televisa apareciera en San Lázaro, máxime cuando hoy opera, desde ahí, incluso una llamada telebancada.

Como haya sido, las dos iniciativas colocan de nuevo a la sociedad mexicana frente a un debate en donde van de por medio poderosos intereses por un lado, y por otro, la posibilidad de establecer un marco legal moderno que desate, en serio, la fuerza transformadora de la competencia, la diversidad y la convergencia en un sector dominado por los grandes corporativos que se han instalado en el País como los verdaderos factores de decisión. Es una moneda en el aire. Para algunos -como diría Sabina-, una ingenuidad. Para otros, un momento crucial en donde podría verse una expresión luminosa del Congreso mexicano que podría dar un paso trascendente a favor de una nueva realidad para los medios y las telecomunicaciones, que se tradujera en una real apuesta por la viabilidad democrática. Falta poco para saberlo. Sólo un tramo de días, quizás de horas, para saber a qué altura quiere quedar la actual legislatura.

La historia ya la conocemos: un desplegado barato de la Cámara Nacional de la Industria de la Radio y la Televisión en donde se intenta -una vez más- espantar con el petate del muerto por supuestos ataques a la libertad de expresión. ¿Quién, por cierto, redacta esos desplegados que contra lo que sí atentan es contra la propia inteligencia de los miembros de esa organización?

Desde hace tiempo ha quedado claro que dentro de esa cámara hay intereses diferenciados y que...

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