Carmen Aristegui F. / 50 años después

AutorCarmen Aristegui F.

El 13 de septiembre de 1968 miles de personas, principalmente jóvenes politécnicos y universitarios, recorrieron de manera pacífica y silenciosa el trayecto que va del Museo Nacional de Antropología e Historia al Zócalo de la capital en la Ciudad de México. Según las crónicas de la época, se habrían reunido entre 250 mil y 300 mil personas. Estaban ahí para protestar en contra de la violencia y el autoritarismo que desplegaba el gobierno del Presidente Díaz Ordaz, quien trataba de someter a un movimiento de estudiantes y académicos que había decidido que era tiempo de cambiar y de dar un giro a la historia de México. Todos sabemos que ese movimiento fue ahogado con sangre, represión y encarcelamientos.

"La Marcha del Silencio", que el jueves fue recordada, fue una vigorosa muestra de fuerza y reclamo proveniente de decenas de facultades, escuelas, normales e institutos de los principales centros de educación del País. El bazucazo a la puerta de San Ildefonso, el ingreso del Ejército a las instalaciones universitarias, el brusco desalojo en el Zócalo capitalino y una conducta institucional claramente represiva unificó a miles de ciudadanos que taparon sus bocas para -literalmente- gritar en silencio. Se trataba de defender la autonomía universitaria, ir en contra de la violencia de Estado y empezar a abrir canales para la democracia.

El Rector Javier Barros Sierra jugó un papel central para colocar al movimiento estudiantil del 68 en una dimensión histórica. El Rector decidió dotar de legitimidad institucional a lo que estaba ocurriendo en las calles, escuelas y facultades. Semanas antes de la marcha silenciosa, izó a media asta la bandera nacional, declaró luto en la Universidad y exigió respeto a la autonomía.

Medio siglo después, miles de jóvenes estudiantes vuelven a salir masivamente a las calles para defender, de nuevo, la no intervención y la autonomía. Salen a decir: "fuera porros de la UNAM" y a rechazar la violencia. No se trata de hacer una comparación forzada entre lo que ocurre hoy y lo que fue la acción represiva del Estado en 68, la guerra sucia de los setenta y una acción prolongada con tintes de...

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