Carlos 'Warrior' Guerrero / El que se enoja pierde

Quisiera entenderlos. Es más, los entiendo. Entiendo lo difícil que debe ser para los entrenadores que tras la calentura de un juego o luego de una goleada que los ha dejado con la herida expuesta, tengan que comparecer ante los medios y soportar la multicolor oleada de preguntas mientras la sangre les hierve.

Lo que no entiendo es que no todos sean capaces de trabajar y/o mejorar su capacidad de reacción, modulación y hasta su lenguaje corporal para evitar "perder más puntos" de los que ya perdieron en la cancha.

Luego de que Pumas cayera ante Atlas en Copa, David Patiño respondió a la defensiva. Mientras le formulaban preguntas, movía los dedos como lo hace alguien a quien le aburre o incomoda el entorno. Sonrisa socarrona, mirada retadora, respuestas con tonos soberbios y nunca un gesto de humildad.

Le cuestionaron si le preocupaba la falta de gol y tajantemente respondió que no. Luego sobre lo sucedido en la Liguilla pasada y respondió: "Tercer lugar general, 30 puntos, 54 puntos en el año. Ni siquiera quisiera tocar el tema". Se protegió y aniquiló al reportero.

Patiño fue derrumbando mucho de lo construido. Generó recelo con quienes también le promovieron sus logros. Voluntaria o involuntariamente comenzó a "perder" fuera de la cancha.

Pedro Caixinha dio la nota este fin de semana. "Ustedes pueden decir lo que quieran, a mí me vale madre", manifestó tras vencer a Xolos.

Revisé los 11 minutos de conferencia y noté algo. Muchas veces los reporteros caemos -por inexperiencia, soberbia, malas intenciones o mil razones más- en el grave error de editorializar en lugar de preguntar en una conferencia. (Por eso digo que también entiendo a los entrenadores).

Dos turnos de la...

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