Carlos Vázquez Segura / ¡Viiivaa Méééxicooo, ca... ooones!

AutorCarlos Vázquez Segura

Creer -con toda la fuerza- en aquello de lo que se forma parte, es requisito indispensable de la coherencia personal y también del ambiente futbolero que rodea a un campeonato Mundial. Mañana debuta México en Rusia y en 15 días se lo juega todo en la cancha de las urnas. No sé en cuál de las dos fechas habrá más patadas en contra, sin embargo: es hora de sacar las más verdes camisetas y los penachos mejor emplumados. Ha llegado el momento de desempolvar la mística Maya y la competitividad azteca para entrar de lleno en el hueco del sarape y afinar el arraigo nacionalista que tanto tiempo hemos ocultado.

Rodará el balón y girarán los dados de la fortuna. Llegó el momento de gritar a todo pulmón la frase más sabrosa y emblemática que hemos acuñado al calor de 197 años de Independencia real: "¡¡¡Viiiivaaa Mééééxiiicooo, caa... ooooneeeeeees!!!" y cuando alarguemos el sonido y aumentamos el volumen de la última "e", todos los matices de nuestra cultura se nos anudarán al cuello, como insignia orgullosa de la grandeza histórica que sólo exhibimos cuando hay Mundial, Olimpiadas o alguna vitrina internacional por la que valga la pena ondear nuestras banderitas emocionales.

Cada vez que una videocámara extranjera o una promesa de aplauso se tope con un grupo de mexicanos en Rusia, nuestro grito emblemático resonará cual rugido ancestral, aflorando desde el centro de la Tenochtitlán que cada uno llevamos dentro. Mientras tanto, en el cuadrilátero empastado, once guerreros incendiarán mañana una esperanza que no es muy distinta a la que el primero de julio moverá a millones de mexicanos a ejercer la urgente encomienda del voto.

Todos queremos que México gane, que las emociones lleguen estremeciendo las redes de los contrarios; por eso habremos de votar, apostándole al menos flaco de los aspirantes a cada nivel de gobierno en disputa; sin embargo: ¿qué hay de nosotros los ciudadanos cuando suene el silbatazo final? ¿Quién nos hizo creer que somos aficionados esporádicos de nuestro destino democrático? ¿Dónde y cuándo firmamos un pacto de negligencia que nos deslinde del equipo nacional al apagarse "la tele"? Más allá de los 90 minutos que invertiremos en ir a votar, hay que seguir gritando "¡¡¡Viva México, ca... ones!!!", no en Rusia, sino aquí mismo; en esta tierra de tunas y pitayas donde creer en el País...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR