Carlos Pereyra, Filosofia, historia y politica. Ensayos filosoficos 1974-1988.

AutorRabotnikof, Nora

Carlos Pereyra, Filosofía, historia y política. Ensayos filosóficos 1974-1988, compilación de Gustavo Ortiz-Millán y Corina Yturbe, Fondo de Cultura Económica/Instituto de Investigaciones Filosóficas-UNAM, México, 2010, 648 pp.

La presentación de un libro cuyo autor no está ya entre nosotros (para responder a las críticas, para aclarar, para debatir) impone un cierto sesgo reverencial a este tipo de rituales. (1) Por ello, y asumiendo el riesgo de sonar irreverente, quisiera comenzar mi comentario relatando un chiste. Lo hago no tanto para distender solemnidades, sino porque tal vez pueda servir para encuadrar mi reflexión. Mi primera justificación es que es un chiste que le escuché a Pereyra hace muchos años por primera vez, y que volví a escucharle varias veces, y que en todas esas ocasiones Pereyra reía al contarlo. El chiste dice más o menos así:

Érase una vez un país oriental donde imperaba el socialismo real (cuando éste todavía era real). En una reunión del Politburó del Partido Comunista, el camarada Tigre, secretario general del Partido, anuncia la consigna que guiará la práctica y la estrategia de la presente etapa de construcción de la sociedad comunista. Con voz sonora e imperativa pronuncia: "Camaradas, tengamos en alto nuestra divisa: dos más dos son seis." Desde el fondo del recinto, el camarada Lobo, quien ya había mostrado tendencias revisionistas, se planta firme y pronuncia las palabras que sellarán su futuro: "Perdón, camarada, pero dos más dos son cuatro." El camarada Lobo es tachado de renegado, revisionista y traidor y es enviado a un largo exilio a una zona muy fría del país. Pasan cuarenta años, muere el camarada Tigre, se produce el deshielo y la liberalización, y el Politburó se reúne para revisar la línea del período anterior y diseñar la estrategia política para la nueva etapa. El camarada Ciervo, que ahora remplaza en el cargo de Secretario General al camarada Tigre, es el encargado de anunciar el viraje renovador que ha aireado al partido. "Camaradas--dice--, después de un largo periodo de tinieblas, y luego de una profunda revisión de nuestros errores, hago pública la línea política para esta etapa." Y orgullosamente anuncia: "Camaradas, dos más dos son cinco." Desde el fondo del salón se escucha la voz titubeante del camarada Lobo, quien, ya anciano, ha sido liberado y rehabilitado después de cuarenta años. Otra vez, el camarada Lobo protesta: "Perdón, camarada, pero dos más dos siguen siendo cuatro." Esta vez no hay represalias ni represiones. El camarada Lobo es llevado gentilmente aparte y allí el camarada Ciervo y todo el Politburó aclaran la situación: "Camarada Lobo--le dicen--, todos sabemos que dos más dos son cuatro; pero ¿usted no se da cuenta del enorme avance que supone para nosotros pasar de pensar que dos más dos son seis a creer que dos más dos son cinco?" Esta broma podría considerarse un chiste anticomunista más, de esos que se pusieron tan en boga dentro y fuera del ámbito de los socialismos reales. Tiene dos partes: la del exilio en Siberia, en cualquier Siberia, que remite al totalitarismo, a la imposibilidad de discusión abierta, a la ausencia de libertad de expresión, etc.; pero la otra parte, la del gran avance entre lo que nosotros pensábamos antes y lo que pensamos ahora, encierra una amarga ironía que tal vez sólo sea auténticamente inteligible para aquellos que, con independencia de los contextos geográficos y políticos, alguna vez compartieron una experiencia. Y creo que era esto lo...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR