Carlos Fuentes/ Una novela libre
| Autor | Carlos Fuentes |
Llama la atención la presencia germánica en la literatura mexicana. Dos novísimos autores, Jorge Volpi (Premio Biblioteca Breve por En busca de Klingsor) e Ignacio Padilla (Premio Primavera por Amphytrion), centran sus novelas en temas germánicos. Mi propia generación, la del medio siglo mexicano, se formó leyendo a Joseph Roth, Thomas Mann, Robert Musil, Heimito von Doderer y Hermann Broch. Y la generación que podríamos llamar intermedia (autores que rondan la cincuentena) es no sólo lectora, sino germanoparlante. Me refiero a autores como Juan Villoro, Federico Reyes-Heroles y José María Pérez Gay.
Pérez Gay acaba de publicar una espléndida novela que lleva por título Tu nombre en el silencio (Cal y Arena, México). Es una obra que resulta saludable en más de un sentido. Rompe ciertas pudibundeces formales que intentan reducir el universo narrativo a un estricto mínimo que muchas veces, en nombre del rigor, acaba por obedecer las leyes del mercado: Novelas que puedan leerse en el tren. Tu nombre en el silencio es todo lo contrario. Una novela extensa, expansiva, de casi seiscientas páginas, que exige atención y entrega absolutas. Pero la gran extensión de la novela de Pérez Gay es apenas suficiente para dar cabida a la riqueza temática y a la variedad genérica que la caracterizan.
Tu nombre en el silencio es una novela liberadora del género. Obedece al dictum de Broch, perfectamente explicado por Milan Kundera en Los testamentos traicionados. Novela, cuento, reportaje, poema, ensayo: Broch integra todos los géneros en lo que justamente se ha llamado la narrativa polifónica. Pérez Gay, gran lector de Broch, asume libremente esta libertad (valga la redundancia: es necesaria e ilustrativa). Su novela participa de múltiples géneros, empezando por uno de los más tradicionales, el Bildungsroman o novela de la educación sentimental. Ernesto Cardona es un joven estudiante mexicano en el turbio y exaltante Berlín de la guerra fría. En la ciudad dividida, comparte su formación política, intelectual y sentimental con dos compañeros latinoamericanos, el brasileño Carneiro y el colombiano Vélez. A través de los tres amigos, se dibuja el trasfondo de la América Latina de los años sesenta. El reino autoritario del PRI en México va a culminar en la matanza de Tlatelolco y el suicidio, lento pero fatal, del sistema. La dictadura militar brasileña es la prisionera de su propia lógica represiva. Y en Colombia, el sacrificio personal, de Jorge Eliecer Gaitán...
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