Carlos Monsiváis / El Secretazo

AutorCarlos Monsiváis

Los DVDs y los alteros de volúmenes en todas partes no dejan lugar a las especulaciones. El éxito del momento, de hace tres meses y de aquí a un año, le pertenece al libro de Emmett Mackintosh, "El Secretazo", que, al alcance de la vista y de la comprensión, deposita un misterio de siglos, aquel que fue el centro de la otra piedra filosofal, la que contiene el enigma del triunfo, el secreto develado, expuesto, desnudado, del gran éxito que obtienen los buenos para nada, los extraviados neuronales.

Interrumpimos el relato con informaciones claves:

- ¿Quieres saber, por oposición, la causa de tu fracazazaso?

- ¿Quieres saber por qué Luis XVI pasó a la Historia mucho antes del estruendo de su cabeza que, obediente a la ley de gravedad, caía en el cesto?

- ¿Quieres enterarte de por qué George Bush llegó a la Presidencia de Estados Unidos además de por el dinero y el fraude electoral?

- ¿Quieres cerciorarte de cómo llegó a la Presidencia de México Vicente Fox (¡¡Vicente Fox!!)?

Adquiere "El Secretazo", el libro que te dará la clave para escalar las más altas posiciones sin tener a tu favor algo distinto a los haberes personales muy rudimentarios y escasos y sin otro conocimiento específico que la gana de impresionar a los espejos en hoteles de paso.

"El Secretazo" te aguarda, aquí está, ya disminuyen en las calles y en las librerías los cerros de reproducciones, cómpralo y pasa la noche en vela adquiriendo las técnicas del ascenso a la cumbre, algo hasta hoy no revelado a los mortales. (Y por mortales debe entenderse aquellos que todavía no compran le libro).

¿Quién escribió "El Secretazo"? No podemos divulgar el nombre porque eso equivaldría a traicionar a la persona que a lo largo de su fructífera vida estudió la victoria de "Los Impresentables", esa categoría ahora tan extendida en cada país, no digamos el nuestro.

Seguramente te has preguntado: ¿y cómo le hizo este vecino o ese condiscípulo, de quien todos nos burlábamos por su bobaliconería y su lentitud para unir el "Buenos" con el "días", para haber sido dos veces diputado, dos veces senador y una ocasión gobernador de su estado (en donde no había nacido ni vivido), sin cambiar en lo mínimo de estructura mental? Eso para no hablar de su inmensa fortuna, "adquirida honradamente" como dice cuando quiere provocar la risa.

¿No te ha intrigado, perturbado y francamente aniquilado psíquicamente este ejemplo, o el del cuate al que los maestros calificaban con puro MB con tal de no volverlo a ver...

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