Carlos Mercenario recuerda con caminata su medalla de Barcelona '92

Adriana Díaz Reyes

CIUDAD DE MÉXICO, agosto 8 (EL UNIVERSAL).- Barcelona, 7 de agosto de 1992. La temperatura corporal del andarín mexicano Carlos Mercenario supera los 35 grados. Es la edición XXV de los Juegos Olímpicos y el marchista siente un cansancio que lo invita a claudicar.

Vacila durante unos minutos, pero continúa con su recorrido. "Puedo llegar a ser alguien", se repite mientras cruza la meta en segundo lugar de los 50 kilómetros. Es el primer podio para nuestro país en aquella justa veraniega y sería el único.

"De eso ya han pasado exactamente 25 años, y es por eso que estamos aquí festejando un aniversario más de mi medalla de plata. Para mí es un momento especial para agradecer a todas las personas que siempre me apoyaron en las buenas y en las malas. Este día estoy de plácemes también por mis 50 años", explica Mercenario, quien este lunes recorrió 25 kilómetros de trote-caminata en la pista de tartán del Comité Olímpico Mexicano (COM).

"Hay que estar un poco loco para hacerlo, pero aquí estoy, donde todo comenzó hace mucho".

Esta vez el ex andarín no está solo; lo acompaña Carlos Emiliano, su hijo de 17 años de edad, quien por cierto, también practica la caminata. Durante las 62 vueltas que realizan, Mercenario le platica a su vástago sobre aquella jornada histórica en la que salvó la participación nacional.

"Recuerdo bien ese día, la verdad tuve sentimientos encontrados porque ya quería terminar la prueba por el cansancio pero también deseaba seguir marchando para recordar todo lo que tuve que pasar para llegar ahí. Te dan ganas de llorar y tus...

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