Carlos Gershenson / Salucita

AutorCarlos Gershenson

Tarde o temprano todos tenemos problemas de salud. Antes de que hubiese antibióticos, la mayoría de la gente moría de enfermedades infecciosas, muchos en la infancia. Con diversas mejoras a la salud, se duplicó la esperanza de vida a nivel global en tan solo un siglo. Ahora, la mayoría muere por enfermedades crónico-degenerativas: cardiovasculares, diabetes, cáncer, renales, etcétera.

En general, las enfermedades infecciosas son más sencillas de tratar, ya que tienen una causa: un agente patógeno. Si eliminamos el ciclo de infección de la bacteria, parásito, hongo, virus, etcétera, entonces se puede prevenir o curar la enfermedad. Las enfermedades crónico-degenerativas, también llamadas no transmisibles, son complejas: tienen múltiples causas y normalmente son diferentes en cada persona. Dependen de genes, entorno, desarrollo, estrés, nutrición, hábitos, etcétera. Es por eso que se habla de medicina personalizada: el tratamiento de estas enfermedades debería de ser diferente para cada paciente.

El costo de las enfermedades se ha incrementado considerablemente. Tiene sentido, ya que los años extra que tenemos de esperanza de vida no son gratis. Pero hay que ir sumando los impactos en la sociedad y en la economía: muertes prematuras, incapacidades, secuelas, tratamientos.

Irónicamente, la mayoría de las enfermedades complejas son prevenibles. En México, las principales causas de muerte en 2017 fueron por orden: isquemia cardiaca, enfermedades renales crónicas, diabetes, violencia, cirrosis, infarto y Alzheimer. Que la violencia esté en la lista es muy preocupante (y de hecho es la primer causa de muertes prematuras), pero enfoquémonos en las enfermedades.

Se sabe que un estilo de vida saludable reduce considerablemente el riesgo de desarrollar enfermedades complejas. Tiene todo el sentido económico prevenir en lugar de tratar enfermedades y diversas instituciones de salud se han esforzado para reducir la incidencia. Pero el problema es cómo lograr que la gente adopte un estilo de vida saludable, cuando todo parece estar en contra nuestra: las delicias de la cocina mexicana, la falta de tiempo y espacios para hacer ejercicio, las costumbres, la mercadotecnia, las adicciones.

Se han hecho diversas campañas, promociones, impuesto a los refrescos, menos comida chatarra en escuelas, pero con éxitos insuficientes para revertir las prevalencias de enfermedades. Probablemente un...

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