Carlos Fuentes / Terrorismos

AutorCarlos Fuentes

El viernes no pude tomar mi avión a Londres. El Aeropuerto de Heathrow era escenario de un caos total, provocado por la amenaza terrorista de hacer explotar varios aviones de la ruta Londres-Nueva York con explosivos líquidos de última factura, escondibles en una botella de agua, una pasta de dientes, un par de anteojos o las páginas de un libro.

Albert Camus llamó al siglo XX "el siglo del terror" y pudo invocar guerras mundiales, totalitarismos de cuño diverso, insurrecciones nacionales y sobre todo, "terrorismos de Estado" y "terrorismos individuales". Hoy, habría que añadir (sin cancelar el terror individual o estatal) el terror de grupo, nada nuevo si consideramos organizaciones como la banda Baader-Meinhof en Alemania, las Brigadas Rojas italianas o, de más larga duración y origen, la ETA vasca o el IRA irlandés. La palabra "terrorismo" se originó, por otra parte, en Francia entre 1793 y 1794, es decir entre la caída de los girondinos y la de Robespierre. Lo que resulta imposible es meter en el mismo saco a IRA, ETA, y, desde luego a Al Qaeda.

Se suelen invocar varias causas como origen del terrorismo. Miseria económica, opresión política, voluntad del más fuerte, kamikazes, fanatismo. Al Qaeda no obedece a motivaciones como la pobreza, sino de manera indirecta y porque le da motivación a los pobres. Al Qaeda es un grupo comandado por un hombre de la petroligarquía saudí, Osama bin Laden, cuyos familiares son aliados económicos y amigos personales de la petroligarquía Bush. El pleito de Osama es con la monarquía saudita. Pero publicitariamente, no reditúa atacar a los saudís. Lo redituable es atacar a los amigos y protectores de los saudís: los Estados Unidos de América, sobre todo cuando la Casa Blanca es ocupada por una "junta" (la expresión es de Gore Vidal) íntimamente asociada al reino saudí.

Lo malo es que a partir de estas riñas de familia, se extiende hoy una red de araña que aprovecha, desde luego, el factor miseria, pero cuyos reclutas suelen ser jóvenes de clase media o alta, educados aunque no inmunizados contra el virus del fanatismo religioso. Son musulmanes ciudadanos de los EE.UU. y la Gran Bretaña que asumen misiones suicidas y ataques contra la población civil mediante -invoco nuevamente a Camus- la crueldad, el desvío de la energía y la fuerza al servicio del mal hecho a otro.

Establecidas estas categorías, procede hacer distinciones e invocar matices. Meter en el saco del "islamismo" a todos los terroristas que...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR