Carlos Fuentes / Memorias para la actualidad

AutorCarlos Fuentes

He disfrutado inmensamente la lectura de Los comentarios y recuerdos (1926-1946) de don Eduardo Suárez, quien fuese Secretario de Hacienda entre 1934 y 1946, es decir, durante las sucesivas administraciones de Lázaro Cárdenas y Manuel Ávila Camacho. El divisionario michoacano rompió con el poder del General Plutarco Elías Calles, autonombrado "Jefe Máximo" de la Revolución y manipulador de presidentes sometidos a la obediencia: Pascual Ortiz Rubio y Abelardo Rodríguez.

El Presidente Cárdenas se deshizo limpiamente de la tutela de Calles, quien en 1935 salió al exilio con un ejemplar del Mein Kampf de Hitler en la mano. Hábilmente, Cárdenas retuvo en su gabinete a personalidades del callismo, indicando que no compraba pleitos, sino que administraba un gobierno. El ex-presidente Emilio Portes Gil le dio un apoyo decisivo a Cárdenas y éste nombró Secretario de Hacienda a un joven y prestigiado economista, Eduardo Suárez. Al aceptar la Secretaría, Suárez, como si leyera la mente de Cárdenas (y Cárdenas como si leyera la de Suárez), le pidió al Presidente que para dirigir debidamente la Secretaría de Hacienda, le rogaba no acordar a solas con Luis Montes de Oca, quien había sido Secretario de Hacienda con el Presidente Calles y ahora gobernaba el Banco de México, institución subordinada a la Secretaría de Hacienda. Suárez pidió -y le fue concedido- acordar directamente con Montes de Oca y estar presente cuando Cárdenas acordara con éste.

Este compromiso básico cimentó la confianza entre Cárdenas y Suárez: los dos hombres se midieron. Le tocó a Suárez una época muy difícil de la vida nacional. México salía apenas de una Revolución costosa en pérdidas humanas y materiales, y con bajo crédito internacional. El mundo se encontraba en plena recesión económica. El Presidente Roosevelt tenía las manos llenas proponiendo un "Nuevo Trato" que superase la crisis sin caer, como Alemania, en el totalitarismo. El poder económico en los EE.UU. no simpatizaba con la Revolución Mexicana. Y en México, al llegar Suárez a Hacienda, las rentas federales eran muy bajas, las necesidades de la infraestructura muy altas, las inversiones de capital indispensables.

El milagro de la colaboración Suárez-Cárdenas fue que el Presidente se embarcó en el programa de gobierno más revolucionario -reforma agraria, recuperación de recursos nacionales, expropiación petrolera, formación de corporaciones obreras y campesinas, acentuada migración del campo a las ciudades, creación de...

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