Carlos Fuentes / Irak: la experiencia mexicana

AutorCarlos Fuentes

La analogía consiste en encontrar similitudes entre cosas diferentes. México en 1862 no es Irak en 2007, pero la analogía se impone como lección y advertencia. En México, la guerra civil entre liberales y conservadores culminó en la victoria de aquellos y la inconformidad de éstos. La razón histórica favoreció a los liberales. El desplome de la cúpula protectora de España nos dejó desamparados, en busca de fórmulas políticas imitativas y formales cuya desorientación nos condujo a las oscilaciones entre la anarquía y la dictadura. Crear un orden jurídico y social post-santanista, post-1848, fue la intención de Juárez y el liberalismo. Restaurar el orden colonial perdido y mantener los privilegios coloniales en el orden independiente, la consigna de los conservadores. La razón asistió a los liberales, la sin-razón a los conservadores quienes, derrotados, acudirían al expediente de pedir la intervención extranjera y, al cabo, la ocupación de México por el ejército pan-europeo de Napoleón III y del trono por el débil y envidioso (de su hermano Francisco José de Austria) Maximiliano de Habsburgo. (Los Habsburgo han gobernado a México más tiempo que el PRI: de 1521 a 1700 y de 1864 a 1867).

El triunfo de Juárez y el liberalismo consolidó tanto la realidad como la voluntad de la integridad nacional de México. No nos garantizó la ecuación independencia con democracia ni con justicia. Buscarla en sus distintas dimensiones: democracia (Madero), justicia (Zapata), legalidad (Carranza), desarrollo (Obregón, Calles), desarrollo y justicia (Cárdenas), fue el propósito de los gobiernos y movimientos revolucionarios entre 1911 y 1940. Obtener, así fuera parcialmente, estas metas, costó por lo menos diez años de sangre y treinta de consolidación.

Fue un proceso confuso, tan confuso como puede serlo una revolución cuando se combate a sí misma, y por ello, al cabo, un conflicto de México consigo mismo. Nada peor puede sucederle a un país que lucha por conocerse que la intervención extranjera que, por definición, desconoce el terreno foráneo que pisa. Las intervenciones de los EE.UU. en los asuntos internos de México fueron fatales para ambas partes, pero sobre todo para los EE.UU. El desconocimiento del régimen democrático de Madero por la conspiración del embajador norteamericano Henry Lane Wilson con Victoriano Huerta y los militares de casta, interrumpió brutalmente el proceso democrático en México (como el derrocamiento de Salvador Allende por Nixon y...

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