Carlos Elizondo Mayer-Serra / Mandar

AutorCarlos Elizondo Mayer-Serra

AMLO descubrió que disfruta subirse a un helicóptero. En la foto de su primer sobrevuelo sobre un Tabasco bajo el agua, va sentadito y sonriente. En un segundo recorrido, emocionado por ir volando, confirmó que su pecho no es bodega. Confesó optar por "no inundar Villahermosa (...) desde luego se perjudicó a la gente, de Nacajuca, zonas chontales, a los más pobres...".

No desarrolla el argumento, pero evaluar una decisión en términos de costo-beneficio es propio de un buen tecnócrata. Hay que sacrificar a un grupo pequeño para proteger a uno mayor.

Pero a diferencia de un tecnócrata bien entrenado, AMLO no elaboró un plan de evacuación o de apoyo para quienes serían afectados. Ni siquiera les avisó. Simplemente dio la orden. Ahogado el niño, le tratan de llevar alimentos.

No inundó a esos pueblos para salvar a Dos Bocas del agua, como se ha dicho en redes sociales. La zona afectada desemboca por ahí, aunque sí confirma lo inadecuado de esos terrenos para construir una refinería.

Las imágenes de miles de tabasqueños anegados son desgarradoras, pero no tanto como para que AMLO recorriera la zona a pie. No se quiere mojar. Confiesa no quererse enfermar. El Covid no le preocupa, el agua sí. Zedillo en 1997, con un Acapulco devastado tras el huracán Paulina, caminaba entre el lodo.

Se debe sentir como Dios, decidiendo quién vive y quién no, pero le es insuficiente. Hasta en la emergencia necesita ser adorado. En un recorrido por tierra en un auto militar, saluda como si fuera un victorioso general del ejército romano.

AMLO no anticipa los problemas. Mejor culpa al pasado. Según él, es por la corrupción que tanta gente "vive en las zonas más bajas, también en la ciudad, no sólo en las comunidades, porque se les dio permiso de construir a empresas inmobiliarias en vasos reguladores...".

AMLO lleva casi dos años en el poder. Para colmo, Tabasco es gobernado por sus aliados desde 2013. Se sabía de la lluvia extraordinaria que caería en la zona y también que la gente vive cerca del cauce de ríos que siempre se desbordan. ¿Por qué no se hizo nada?

A la Conagua, responsable del manejo del agua en México, le dan cada vez menos dinero. Llegó a tener un presupuesto de 50.5 mil millones de pesos en el 2015. Para el 2018 ya solo...

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