Carlos Fuentes/ Conexión con nexos

AutorCarlos Fuentes

Una revista cultural es un lugar común. No lo digo con sentido paradójico ni peyorativo. Hablo de "lugar común" como sitio de reunión, plaza pública. Zócalo en el que se vierten diversas avenidas. Las dos arterias principales son la tradición y la creación. Una revista de cultura mantiene vivo el pasado de una comunidad en cuanto memoria, pues sin memoria la comunidad carecería de tradición, y sin tradición, no tendría sustento para nuevas creaciones.

La creación es el porvenir que avizora una publicación cultural. Es el horizonte de las posibilidades de una sociedad. Al abrirlo, una revista de cultura no sólo anticipa metas y proyectos de la comunidad, sino que identifica el o los deseos, personales y colectivos, de la misma.

Todo ello ocurre hoy, en el presente, en el centro del "Zócalo", del "lugar común", del espacio compartido. Es en el presente donde recordamos. La historia, al fin y al cabo, ocurre hoy en la memoria y se proyecta, como deseo, hacia el porvenir. Una revista cultural es censo permanente del pasado, pero no puede ser consenso unitario acerca del porvenir.

No lo es en ningún sitio, pero mucho menos puede serlo en México. ¿Qué hemos ganado en el Siglo 20, después de cuatro siglos de formación y deformación, inquisición, debate, exaltaciones chovinistas y depreciaciones malinchistas? La respuesta me parece clara. México ha obtenido una identidad. El florecimiento y destrucción de las culturas aborígenes, el trauma de la conquista europea, el mestizaje y el sincretismo, el barroco y el neoclásico, la imitación extralógica de Europa y los Estados Unidos, el hispanismo y el antihispanismo, la naturaleza de la modernidad, todos estos grandes debates nacionales, que en mi propia juventud alcanzaron grados álgidos de disputa en las obras de José Vasconcelos, Alfonso Reyes, Samuel Ramos, Octavio Paz y el Grupo Hiperión, acabaron por resolverse en una clara conciencia de la identidad mexicana.

Somos indios, somos ibéricos, pero somos sobre todo mestizos. Nuestra cultura está rayada, lopezvelardianamente, de moro y azteca, de español y judío, de negro, de griego y de romano... Somos, como memorablemente dijo nuestro más grande escritor del Siglo 20, Reyes, generosamente universales y provechosamente nacionales. La Revolución Mexicana fue un éxito cultural: corrió los velos del pasado, mostró al zapatista de cara rajada tomando café en Sanborns y mostró a los modernistas traduciendo a Eliot y St John Perse sin perder su...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR