Carlos Monsiváis/ Centenario de Leopoldo Méndez

AutorCarlos Monsiváis

En torno a la obra del grabador Leopoldo Méndez ha caído uno de esos silencios lapidarios que ocultan casi reverencialmente a un artista, sin que la mayoría de las veces intervenga descalificación estética alguna (la revisión ni siquiera se intenta), sino, tan sólo, su ausencia comprobada del mainstream, de la corriente o la suma de corrientes que en cada periodo histórico sitúan la importancia de la tradición y de la actualidad, y constituyen, por así decirlo, el canon provisional que impulsa fortunas y caídas en el mercado del arte, induce a homenajes y grandes retrospectivas, declara discipulados y establece genealogías. Esto, no sé que tan parcialmente, explica la modestísima conmemoración del primer centenario de su nacimiento, y el porqué no se localiza a Méndez en los vértigos, hoy un tanto petrificados, del mercado del arte.

Al respecto, las explicaciones de "la invisibilidad" no son demasiadas: la ideología política y social de Méndez "jubilada" por el auge del neoliberalismo; la sombra del culto a la URSS y a Stalin profesado por Méndez durante largo tiempo; la pasión por la Revolución Mexicana y sus héroes, contraria a la marea conservadora que, más bien, se inclina por Lucas Alamán, Iturbide, Porfirio Díaz o, en el caso de los que "vienen de regreso de todo", por la tesis que declara prescindibles a todos los protagonistas y a todas las etapas históricas; la desinformación reinante sobre los momentos recreados por Méndez, por ejemplo, las luchas socialistas y antinazis; descenso del grabado como arma de radicalización; la pérdida de la fe en los símbolos que expresan la grandeza del Pueblo; el fastidio ante la toma de conciencia que resiste a la opresión.

Todo lo anterior ayuda a entender la falta de reconocimiento de la obra de Leopoldo Méndez, tan injusta y tan empobrecedora.

Los orígenes: la clase media en la Ciudad de México

Leopoldo Méndez nace el 30 de junio de 1902 en la Ciudad de México. La familia -según informa Francisco Reyes Palma en su excelente monografía- carece de recursos, la madre muere antes de que él cumpla el año, el padre, zapatero liberal, es hijo de un soldado que muere combatiendo la Intervención Francesa. La familia es maderista y las tías obreras torcedoras de cigarros. Para alguien predispuesto a la emoción comunitaria el medio familiar es muy propicio a la radicalización.

A los 12 años se publica el primer dibujo de Méndez, un intento de retrato de Venustiano Carranza. Luego, lo inevitable, la...

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