Cárceles de Ecuador: hoguera de crimen

AutorREFORMA / STAFF

QUITO.- Alrededor de una pila de cuerpos a punto de arder, alguien se percata de un movimiento. "¡Está vivo!", dice un recluso y apunta hacia la hoguera. Entonces, por detrás, aparece un recluso y la emprende a machetazos contra el supuesto sobreviviente.

Así, entre sombras, se consumaba una nueva matanza en la principal cárcel de Guayaquil, en la que los presos de un bloque salieron de sus celdas la madrugada del sábado para aniquilar a los de una banda rival de otro pabellón.

Fue una feroz lucha a bala, explosivos y machetazos que dejó 68 reos muertos y al menos 25 heridos. La masacre fue transmitida en vivo a través de redes sociales por los mismos reos.

Se trató, según el Gobierno, de una auténtica "barbarie", la cual remarcó una crisis de violencia fuera de control en el sistema penal de Ecuador, escenario de las peores masacres carcelarias de Latinoamérica.

En lo que va del año, al menos 334 internos han fallecidos en distintos enfrentamientos en la misma prisión, la Penitenciaría del Litoral. Antes del viernes, el ataque más mortal ocurrió en septiembre, cuando murieron 119 reos en un violento motín.

La crisis carcelaria venía incubándose hace "varios años", pero solo ahora se nota "esta ausencia estatal" por la "disminución del presupuesto para la atención" de los presos, afirma a la AFP Fernando Carrión, experto en seguridad de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso).

Al mismo tiempo, la seguridad dentro de las prisiones pasó de la policía al SNAI, un órgano autónomo que se ocupa de la vigilancia con civiles formados como guías penitenciarios.

"La administración del sistema es precaria", remarca el especialista.

Un mes antes de que se produjera la masacre de septiembre, el entonces director del SNAI, Fausto Cobo, lanzó la alerta: el sistema cuenta apenas con mil 500 guardias y se necesitan al menos unos 4 mil 500 para prestar seguridad a las cárceles.

La Penitenciaría del Litoral es un sitio diseñado para 5 mil internos, pero actualmente hay más de 8 mil 500 presos. Ahí están detenidos los líderes de las principales bandas que operan en el país y que se disputan el narcotráfico a pequeña y gran escala y la extorsión.

Las autoridades han declarado sucesivas emergencias carcelarias y estados de excepción para acabar con las matanzas y la violencia de ese recinto, y han enviado cientos de policías a hacer requisas, pero sin el menor éxito hasta ahora.

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