Ni cárcel ni su vista lo frenan

AutorJulio Pérez

La adversidad no venció a Miguel Ángel.

Él lleva nueve meses en el Reclusorio Preventivo de Puente Grande y prácticamente durante toda su estancia se ha dedicado al estudio y también a dar clases.

Tiene 47 años de edad y es contador público. Desde hace cuatro años comenzó a perder la vista por una enfermedad y aunque ha sido difícil, lucha para salir adelante.

"Cuando yo ingreso a este centro penitenciario me abrieron las puertas totalmente, me dijeron los horarios (de los cursos), los requisitos, me dijeron 'a los que usted quiera entrar, será bien recibido'", contó Miguel Ángel.

Inició con clases desde mayo de 2017 en temas diversos, desde superación personal hasta literatura como parte del programa Comparte, que trata de que las personas que saben algún oficio o tengan una profesión, puedan pasar sus conocimientos a otras personas privadas de su libertad.

"Pasado el primer curso de oratoria y una vez terminado como alumno, las mismas personas de área...

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