Tolvanera/ La capucha azul

AutorRoberto Zamarripa

Metidos en lío por la política gubernamental ante el Ejército Zapatista de Liberación Nacional, los panistas ahondan su crisis de identidad. La realización de la 18 Asamblea Nacional, donde renovaron consejo partidista, antes que dar luces, disparó más interrogantes.

Apenas unos datos para ilustrar cómo el PAN "no se halla" en la nueva coyuntura. No obstante que inauguraron un método novedoso de elección de los consejeros, el sistema de votación "se cayó" y "se calló" ante la falta de sufragantes. Resulta que muchos delegados a la asamblea panista decidieron retirarse sin votar y con ello colocaron en riesgo la legalidad de la elección de sus dirigentes.

La elección de sus dirigentes sigue supeditada a un estatuto centralista que mandata a las dirigencias estatales y a la nacional, para formular una propuesta de nueva directiva donde combinan tanto las sugerencias de las bases partidistas como las indicaciones de los dirigentes. Así ha sido siempre. Desde que el PAN era un partido pequeño y casi testimonial hasta sus distintas etapas sucesivas de triunfos regionales. Pero ahora, con la Presidencia de la República en su poder, tras una elección que marcó la ruptura con el sistema de Partido de Estado, y con ello la expansión de formas de participación democrática, los mecanismos internos de elección del panismo suenan arcaicos.

No hay voto directo, sino voto delegacional. La votación sobre dirigentes no es con una lista abierta, sino sobre una propuesta dirigida desde el comité nacional. La opción es muy simple: se acepta la propuesta de la dirigencia nacional o se rechaza.

En este mecanismo indirecto de integración de la dirección nacional panista fueron excluidos dirigentes importantes y a la vez incluidos muchos de los apoyadores al grupo hegemónico en el consejo nacional. Lo que sorprendió, modificando las costumbres panistas, fue que en la comisión dictaminadora de la propuesta de consejo, estuviera integrado el secretario general del CEN, el poblano Jorge Ocejo quien literalmente se convirtió en juez y parte en la integración de la nueva directiva. Si bien eso no está prohibido por los estatutos partidistas, sí supone conflicto ético en el manejo organizativo del partido. El secretario general es el responsable de la conciliación interna y el encargado de atender a las dirigencias estatales en su relación con la dirigencia nacional. Por tanto, su ascendiente sobre los liderazgos regionales es importante y las posibilidades de que ese...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR