Captura Michelle todas las miradas

AutorAlberto Armendáriz

Corresponsal

NUEVA YORK.- De tiempo completo y sin sueldo ni funciones específicas, ser Primera Dama no es de ninguna manera un trabajo fácil. Pero, si además se trata de la primera afroamericana en ocupar ese puesto, como le sucederá a Michelle Obama, la situación se complica aún más.

"Todos los ojos del país estarán concentrados en ella como nunca antes con otras Primeras Damas. Lo que haga o deje de hacer será, los proyectos que encare y cómo se comporte será analizado con un filtro racial", señaló a REFORMA Robert Watson, profesor de Estudios Americanos de Lynn University.

"Como la campaña la volvió muy astuta políticamente, evitará de entrada involucrarse directamente en el terreno de la política", abundó el académico, quien ha escrito varios libros sobre las Primeras Damas estadounidenses, entre ellos "Las Mujeres de los Presidentes".

No querrá cometer el mismo error de la Primera Dama más activa que tuvo la Casa Blanca recientemente, Hillary Clinton, quien se quemó al poco tiempo de asumir el cargo con sus infructuosos esfuerzos por reformar el sistema de salud.

Para Watson, Michelle LaVaugh Robinson Obama ejercerá primero su poder tras bambalinas, al oído de su marido, quien la considera no sólo su compañera y confidente, sino también una gran asesora.

"Será una influencia de almohada, discreta, pero no de alto perfil. Al menos no hasta que la gente se acostumbre a ella, y ella a su nuevo rol", destacó el académico, quien descartó que vaya a atender a cada una de las reuniones de gabinete, como hacía Rosalynn Carter, o que traslade su oficina a la Ala Oeste de la Casa Blanca, como Hillary.

"Pero al final del día, será una fuerza política tremenda, al igual que lo fueron Eleanor Roosevelt, Lady Bird Johnson, Betty Ford y Hillary Clinton", pronosticó.

Prueba de sus ideas políticas ya se tuvo durante la campaña, cuando dijo que la elección de su marido como candidato presidencial la hacía sentir por primera vez orgullosa de su país, comentario por el cual le llovieron críticas.

Más allá de las especulaciones sobre cuánto peso tendrá sobre las decisiones del próximo Presidente, ella misma ha resaltado que su prioridad será la crianza de sus hijas, Malia, de 10 años y Sasha, de 7.

En las numerosas entrevistas en las que se le ha preguntado de qué tipo de proyectos se encargará, ha indicado su interés por las dificultades que enfrentan las familias de militares y las mujeres que deben encontrar un equilibrio entre sus carreras y la vida...

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