CAPITANES
No es por pintarle otra raya al tigre, pero Mexicana de Aviación, de Gastón Azcárraga, tiene un problemilla aparentemente pequeño, pero que puede ser una piedra en el zapato.
¿Se acuerda de Aerolíneas Mesoamericanas, o Alma?
Es aquella fugaz empresa de aviación que fundó y cerró rápido Carlos Peralta.
Desde 2008, esta aerolínea inició un proceso de concurso mercantil directamente en etapa de quiebra.
O sea, ya vio cuánto le quedó y qué puede vender, ahora calcula a quién podrá pagarle.
Pero resulta que entre Mexicana y Alma la cosa es al revés.
Le debe a la quebrada empresa de Peralta 8.2 millones de pesos.
La juez federal Edith Alarcón, quien lleva la quiebra de Alma, pidió a Mexicana hace un año que pague la deuda a quien funge como árbitro en el concurso mercantil. Hasta el momento nada ha pasado.
En agosto de 2009, Mexicana alegó que era acreedora de Alma, lo que la juez rechazó.
El miércoles, Alarcón de plano le echó encima a la autoridad.
Turnó el caso al agente del Ministerio Público de la Federación adscrito a su juzgado, es decir, la PGR.
Quiere que investigue los delitos en los que probablemente han incurrido los representantes de Mexicana en este litigio por su desacato.
De paso, también pidió a la Comisión Nacional Bancaria y de Valores indagar cómo andan las cuentas de la aerolínea, por si fuera necesario hacer el cobro por las malas.
AVIACIÓN SIN ALAS
Ojalá que Juan Molinar Horcasitas pueda con el paquete.
El Secretario de Comunicaciones y Transportes anda tan atareado con las ruidosas licitaciones de telecomunicaciones, con el espectro y los fantasmas, que a veces parece que la aviación anda sin piloto.
Al arranque del año hizo su gran promesa.
A los involucrados en el negocio les dijo que trabajaría con su equipo para definir una política aeronáutica nueva.
Pero nomás dejó emocionado al gremio, en donde ya dicen que se le fue el avión.
La semana pasada, en una comida con empresarios en el Club de Industriales, reconoció un retraso de 18 días en la presentación de su política aeronáutica.
Aseguró entonces que no pasaría de ocho días para darla a conocer.
Tiempo transcurrido y, otra vez, nada. Y a quien podría delegarle el asunto, el subsecretario Humberto Treviño, anda de gira por Europa.
No crea que para pescar ideas de cómo opera por allá este complicado negocio. No, anda en un evento sobre la industria ferroviaria denominada International Rail Forum.
Cuestión de que por aquí no lo vaya a dejar el tren.
LEY DEGRADABLE
Oiga...
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