CAPITANES

Súper vacante

Quizás ayer se enteró de que el mayor empleador privado en el País abrió una vacante más.

Se trata nada más que la de presidente para Latinoamérica, que dejó el catalán Vicente Trius, tras unos 8 meses de haber asumido el cargo.

Trius, un veterano de Wal-Mart, fue antes presidente ejecutivo en Asia y previamente estuvo al frente de la empresa en Brasil por 11 años, logrando un impresionante crecimiento en ese país.

Por lo pronto, la responsabilidad de la región será asumida directamente por el CEO de la minorista, Doug McMillon.

Hay que ver si Eduardo Solórzano, capitán de la empresa en el País, se apunta para ese compromiso.

Además de haber mantenido las ventas de sus tiendas en plena crisis, puede presumir un nuevo reconocimiento.

Wal-Mart de México es una de las cinco empresas en Latinoamérica que más desarrolla el liderazgo entre sus empleados.

La seleccionó como tal el trío formado por Fortune, Hewitt Associates y el Grupo RBL, entre 537 empresas.

Solórzano, nicaragüense por nacimiento, naturalizado mexicano, graduado del Tec de Monterrey, puede seguir los pasos de Manuel Medina Mora, otro mexicano que figura en las grandes ligas como líder de un gran conglomerado estadounidense en Latinoamérica: Citi o de su predecesor en México Eduardo Castro, que hoy está al frente de la cadena en el territorio de EU.

Gas a la pobreza

Hace un año, Héctor Olea y su Gauss Energía arrancaron un negocio.

Se trata de vender gas LP en el súper, en depósitos más pequeños que los cilindros que circulan en camiones en áreas urbanas, mismos que además son translúcidos y permiten ver que el tanque efectivamente esté lleno.

Esa comercialización es lenta, por lo que Olea apostó luego a un programa piloto que armó con la Sedesol, encargada a Ernesto Cordero.

Consiste en introducir sus pequeños cilindros portátiles en las tiendas Diconsa, y comercializar kits de estufa y tanque de gas con subsidio de la dependencia.

El esquema arrancó para una comunidad alejada de Hidalgo, y el subsidio que aportó Sedesol fue de mil 200 pesos por kit, compuesto.

Iba bien... hasta hace poco. Nos cuentan que ya está congelado y eso que no ha llegado el invierno.

La Sedesol le entró con dinero de los contribuyentes porque contar con gas y estufa saca a la gente del rango de extrema pobreza, y la lleva a uno de sólo pobreza.

Una razón está en que las familias beneficiadas gastan al mes unos 500 pesos en leña, contra 200 que pagan por gas.

Pero por alguna razón que no es...

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