El canto de sirena de la gran historia

Fecha de publicación19 Septiembre 2023
Por Harold James
Por Harold James

Por Harold James

Dada la abrumadora complejidad de la economía global moderna y el orden internacional, es natural que los responsables de las políticas y los expertos recurran a narrativas históricas simples para darle sentido a todo. Pero esos marcos son guías deficientes para la formulación de políticas actuales.

MÚNICH – Detrás del desorden global actual hay dos narrativas relacionadas sobre las fortalezas y debilidades relativas de los países en la competencia por el poder global. Uno trata sobre el ascenso y la caída de naciones y civilizaciones a largo plazo, y el otro trata sobre coyunturas a mucho más corto plazo.

Desde el punto de vista occidental, la primera narrativa considera a China como una amenaza debido a su extraordinaria fuerza, mientras que la segunda narrativa la presenta como una amenaza derivada de su debilidad inherente. Simultáneamente, los líderes chinos ven a Estados Unidos como una amenaza porque es estructuralmente débil y está dominado por una élite política gerontocrática, pero también porque sigue siendo extraordinariamente poderoso y está decidido a aislar a cualquier rival en el corto plazo.

Como lo expresó recientemente el ministro de Comercio chino, Wang Wentao, hablando en nombre del presidente Xi Jinping, “algún país, obsesionado con mantener su hegemonía, ha hecho todo lo posible para paralizar los mercados emergentes y los países en desarrollo”.

La primera visión del futuro se basa en una óptica analítica simple –y por lo tanto aparentemente convincente– de la geopolítica. Los geopolíticos se dedican a esbozar escenarios de ascenso y caída a largo plazo. Sus líneas argumentales son siempre claras: un país domina el mundo durante aproximadamente un siglo antes de sufrir un revés, al agotarse y desacreditarse.

Un ejemplo brillante de este enfoque es el famoso libro del historiador Paul Kennedy de 1987, The Rise and Fall of the Great Powers, que continúa fijando los términos del debate hasta el día de hoy. Relata cómo España fue la potencia hegemónica desde mediados del siglo XVI hasta mediados del XVII, seguida por Francia en el siglo XVIII, Gran Bretaña en el siglo XIX y Estados Unidos después de 1945. La conclusión o hipótesis, según este marco de largo plazo, es que ahora ha llegado el turno de China.

A menudo, una transición de una gran potencia o superpotencia a la siguiente producirá tensiones y guerras, ya que la antigua potencia en decadencia intentará resistir y...

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