Canes ahora van al sicólogo

(Material transmitido por el Servicio Sindicado el pasado 11 de julio)

- Si tu mascota tiene ansiedad, depresión o conductas antisociales, Katia Olea Wagner puede curarlos en una sesión de 700 pesos

Andrés Estrada

CIUDAD DE MÉXICO, julio 17 (EL UNIVERSAL).- Deja caer frente a los pies de su dueña una mordisqueada taparrosca azul a la espera de que sea arrojada. Cuando patean su improvisado juguete corre desesperada unos cuantos metros en el patio, lo muerde y lo lleva al mismo punto sin obtener respuesta. No hay tiempo para juegos, es hora de su terapia sicológica.

Arenita es una perra de dos años de edad con abundante pelaje de tono miel y de raza airedale mix que rompe lo que encuentra a su paso: cartón, plástico, madera, plantas. Todo. Esto comenzó hace más de 12 meses; además, no duerme, se la pasa toda la noche despierta y entretenida con un zapato o una chancla que no los muerde, sólo los lame y amanecen escurriendo de baba. ?Es hiperactiva?, explica la etóloga Katia Olea Wagner.

El interés por su profesión surgió desde pequeña: a los cinco años jugaba con caracoles en lugar de muñecas. En el jardín de su hogar había arañas de colores, las recolectaba con su hermana y las llevaban a una casa de juguete. Jugaba mucho con Poof, un pitbull.

Pero la más peculiar de sus mascotas de infancia fue una cabra que le regaló su papá, estaba destinada a terminar como barbacoa familiar, pero al final no fue así y vivió 15 años. ?Se murió de viejita?. Le dio un ataque al corazón justo cuando la joven ingresó a estudiar biología en la Facultad de Ciencias, en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Después le interesó seguir con medicina veterinaria en la misma institución. Un día, al preguntarse el porqué de la mala conducta de los perros de su mamá, se propuso viajar a España a estudiar la especialidad de etología (enfocada a resolver los trastornos de conducta de los animales) en la Universidad Autónoma de Barcelona; ahí descubrió que a pesar de que las mascotas de su madre tenían un jardín enorme para su esparcimiento, no tenían reglas y les hacía falta el contacto humano.Trastornos de conductaLa etóloga, quien también da clases de fauna silvestre en la FES Cuautitlán (UNAM), comenzó a trabajar con un mono araña y un lobo; observó su conducta en cautiverio. Luego se dedicó a los perros y gatos. Cuenta que en México existen diversos trastornos de conducta, el más común es la agresión. ?Se da porque somos una sociedad hacinada, somos...

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