Los candidatos a la vicepresidencia de EU

AutorZoé Robledo

"Mi país me ha encargado, con su sabiduría artificial, la oficina más insignificante que alguna vez la imaginación del hombre ha concebido".

John Adams,

Primer vicepresidente norteamericano, al referirse al cargo en una carta a su esposa Abigail (1789).

Desde John Adams y hasta después de la Segunda Guerra Mundial, el cargo de vicepresidente de Estados Unidos carecía de poder y relevancia. Era considerado una "quinta rueda", un seguro que se adquiere con la firme esperanza de no utilizarlo. Thomas R. Marshall, vicepresidente entre 1913 y 1921, solía bromear con la historia de dos hermanos; uno se embarcó en altamar, el otro fue electo vicepresidente; de ninguno de los dos se volvió a saber nunca más.

Conforme la institución presidencial norteamericana adquirió un nivel preponderante para el orden mundial, las campañas empezaron a dirigirse a la textura y no al fondo de los temas y los candidatos, ya no los partidos, se posicionaron como el elemento que puede ganar elecciones; entonces la figura del vicepresidente adquirió un nuevo valor (aunque su influencia en el ejercicio del poder sigue siendo vacilante). A partir de la elección presidencial de 1940 el candidato a vicepresidente adquirió una nueva razón de ser: obtener más votos.

En la actual contienda por la Casa Blanca el elemento podría ser decisivo. Con una sociedad tan dividida, con candidatos tan contrastantes y con el pronóstico de una elección cerrada, los vicepresidentes responden a la lógica de la rentabilidad electoral. Como elementos complementarios, ayudarán a atraer a franjas del electorado que no se decantan por uno u otro candidato; como elementos de cohesión, asegurarán el voto de sus partidos; como políticos con carrera propia, se convertirán en mensajes sobre quién es, en qué cree y cómo quiere ser percibido el próximo Presidente. En suma, cuando John McCain y Barack Obama decidieron quién los acompañaría en la boleta definieron su futuro político. Definido el quién, es justo preguntar ¿por qué?

¿Por qué Joe Biden?

La candidatura de Barack Obama ha girado permanentemente alrededor de su persona y la selección de su compañero de fórmula no podría responder a una lógica distinta. Al inclinarse por el veterano senador de Delaware, Joe Biden, Obama cubre el flanco más débil de su proyecto político: la inexperiencia.

En el anuncio de la nominación de Biden se pudo presenciar ese encuentro entre tradición y modernidad; la campaña de Obama dio la primicia a sus seguidores por...

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