El candidato que habla español

AutorJorge Ramos Ávalos

Los Ángeles.- Nunca antes había escuchado a John Kerry hablar en español. Pero ahí estaba el candidato demócrata a la Presidencia de Estados Unidos, leyendo cuidadosamente en castellano un discurso sobre el grave problema de la deserción escolar entre los estudiantes hispanos (uno de cada tres no termina la High School).

El lugar era el apropiado; la escuela secundaria Woodrow Wilson en East L.A. Y el día no podía ser más significativo; el 5 de mayo, fecha en que los mexicanos celebran el triunfo de su Ejército, en 1862, frente a las tropas invasoras de Francia. Las palabras de Kerry en español tenían un ligero acento, entre italiano y portugués. Pero todas se entendían perfectamente. Estaba aprendiendo el idioma, dijo, escuchando unos "casetes" en su "tiempo libre".

Al final del discurso, la audiencia -mayoritariamente latina- le aplaudió con ganas. Kerry había iniciado así su campaña para atraer el voto latino... en español. Kerry trataba, también, de contrarrestar las recientes críticas de que su campaña se había tardado mucho en buscar activamente el voto hispano y de que no había suficientes latinos en puestos de importancia dentro de su campaña.

Luego del discurso, me encerré a conversar durante media hora con Kerry en un salón de clases. La silla azul en la que se sentó le quedaba pequeña; era para un adolescente, no para un hombre de 60 años y 6' 4" (más de 2 metros) de altura. Pero aun así Kerry no se quejó; cruzó los tobillos y separó las rodillas, formando con sus piernas una enorme letra V. Sin saco, con una camisa azul claro y corbata roja con bolitas grises, su ya famosa y larga quijada se movía sin esfuerzo, relajada. La frente plana, casi planchada, no se movía. Sus ojos parecían muy pequeños en una cara dominada por una sólida nariz aguileña y un marco de tupido pelo gris. Pero esos ojos mínimos enganchaban y casi nunca perdían el contacto visual.

Quería conocer cuáles eran las posturas de Kerry respecto a los hispanos y América Latina. Pero acababan de darse a conocer las fotografías de los prisioneros iraquíes siendo torturados y humillados por soldados norteamericanos, y el tema era inevitable.

"He visto algunas de ellas, son muy perturbadoras", me dijo sobre las fotos. "Y pienso que van a crear enormes dificultades para nosotros en la región... mi primera impresión es que alguien tiene que tomar la responsabilidad y disculparse por lo que ocurrió". Al día siguiente el presidente George W. Bush se disculpó.

"Creo que la...

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