'El balón está en nuestra cancha

AutorErnesto Núñez

FOTO: JORGE DELGADO

En un privado anexo al despacho del presidente del Instituto Nacional Electoral, una veintena de fotografías, ya enmarcadas, se amontona sobre dos sillones, aguardando a que su autor decida en qué paredes serán colgadas.

Las imágenes, tomadas en ciudades europeas como Venecia y París, dan cuenta de una de las vocaciones del hoy presidente del INE, quien llevaba su pasión al extremo de regresar hasta tres veces a un mismo lugar, de madrugada, para hacer la toma perfecta de una ciudad cubierta por la neblina del amanecer. En la época en la que estudiaba Teoría Política en la Universidad de Turín, Lorenzo Córdova fotografiaba con cámara análoga, revelaba y, años después, se dio tiempo para digitalizar sus negativos y escoger los mejores paisajes para mandarlos a imprimir y enmarcar.

Desde el 4 de abril, cuando llegó a la presidencia del INE, sólo ha tenido tiempo para colgar cuatro de esas fotografías en su despacho.

Una vorágine de asuntos se abultan en su agenda. Sobre su escritorio reposan gruesas carpetas, fólderes, documentos engargolados, tarjetas informativas, expedientes con decenas de temas que deberán resolverse en el INE de cara a las elecciones federales de 2015. Todos ellos urgentes, todos vitales para la buena marcha de los comicios.

Las leyes secundarias de la reforma electoral aprobadas por el Congreso -que esperan aún la promulgación por parte del Ejecutivo- dotaron al INE de nuevas facultades, múltiples atribuciones y responsabilidades, y una sobrecarga de trabajo.

Antes del 30 junio, el INE deberá revisar los 22 reglamentos con los que operaba el IFE y crear media docena de nuevos ordenamientos.

Deberá crear la Unidad de Fiscalización y la Unidad de Vinculación con los Órganos Públicos Locales Electorales (Oples), previstos en la nueva Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales (Legipe). Con las leyes aprobadas por el Congreso llegó también una nueva nomenclatura que, poco a poco, comienza a socializarse en ese micromundo de expertos electorales ubicado en Viaducto Tlalpan y Periférico, un búnker de paredes grises y enrejados al que la gente común sigue llamando IFE.

La ley también establece que, antes del 30 de septiembre, el Consejo General del INE deberá haber designado a los miembros de los consejos de los Oples en las 17 entidades donde habrá elecciones concurrentes a la federal de 2015: un presidente y seis consejeros por cada órgano, lo que implica procesar, en total, 119 nombramientos.

Según el calendario, el INE deberá acelerar los preparativos del proceso electoral 2015, que iniciará la primera semana de octubre y culminará el primer domingo de junio del próximo año -y no en julio como se acostumbraba-, lo que deja al instituto con un mes menos para preparar una jornada en la que se elegirán 500 diputados federales, nueve gobernadores, 641 diputados locales y mil 9 ayuntamientos.

Además, la nueva casilla única para procesos federales y locales hará que crezca el número de funcionarios de mesas directivas de cuatro a siete, lo que implica capacitar a un millón de ciudadanos y no a los 600 mil del proceso 2012. Esto significa visitar a 8 millones de mexicanos para realizar la insaculación.

En un mes, aproximadamente, el INE confirmará el registro a tres nuevos partidos (Morena, Encuentro Social y el Partido Humanista), lo que provocará que en 2015 haya 10 y no 7 opciones en la boleta, además de los candidatos independientes, una figura ya plasmada en la Constitución que también deberá ser regulada por el INE.

Esto hará aún más complejo el proceso de fiscalización de gastos de campaña. El INE deberá preparar un ejército de funcionarios para procesar al menos 3 mil informes de gastos de campaña de candidatos a diputado federal; más los de los candidatos a gobernadores, diputados locales y presidentes municipales, lo que elevaría a 20 mil el número de informes. Todo, en un plazo de dos meses, pues la nueva ley prevé que la fiscalización concluya antes de que se califiquen las elecciones.

La posibilidad de que el INE se convierta en un monstruo está ahí. Lorenzo Córdova lo define como "el riesgo del gigantismo burocrático", y pretende tomar medidas al respecto.

Por ejemplo...

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