EN EL CAMPUS / Zen

AutorLuis Ramón Carazo

Cuando estaba en la preparatoria e integraba a la selección del equipo de futbol, ganamos el torneo interpreparatoriano e, ilusionados los jugadores, esperamos la ceremonia de premiación para obtener una medalla individual y el trofeo colectivo. El último llegó, pero la medalla no. Se nos premió con libros del Fondo Editorial de la UNAM, y a mí me tocó uno de arte zen que vendí en las librerías de viejo que todavía subsisten en las calles de Donceles en el DF, al no tener ni idea del tema y del porqué mi gloria deportiva fue recompensada así. Como toda escuela budista, el zen tiene su raíz en la India, aunque sólo en China adquiere su forma definitiva. La palabra zen es la lectura en japonés del carácter chino chán que a su vez es una transcripción del término sánscrito traducido normalmente como "meditación". La influencia llegó a Corea, en donde se llama son, y también hasta Vietnam, en donde se conoce como thiÁn. En el transcurrir de los siglos los monjes japoneses viajaban con frecuencia a China, de vuelta a Japón y con esa herencia de autoridad, extendían las prolongaciones de las escuelas y enseñanzas que habían conocido en el continente. Con el tiempo adquirían su propia identidad japonesa. Para entender el zen es bueno comprender la paradoja que comprende lo mejor del todo y la nada: elegancia simplista y belleza imperfecta, cuando algo se ha hecho bien y es bello en sí mismo sin alarde, estamos ante la paradoja llamada en japonés shibumi. El shibumi no es fácil de comprender y tal vez por esa razón me regalaron el libro en lugar de una medalla que seguramente ya no existiría, sin embargo, el término jamás pude olvidarlo y lo trato de explicar con los principios del shibumi: austeridad, que representa no agregar algo que no sea absolutamente necesario, lo cual aplica en todo momento en la vida personal y la de las organizaciones; simplicidad, que significa eliminar aquello que no importa y darle espacio a lo que sí, lo cual significa que la belleza y la utilidad de lo que se hace tienen que ser...

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