Campo de cultivo se tornó cementerio

TLAHUELILPAN, Hgo., enero 16 (EL UNIVERSAL).- Ha pasado un año, el alfalfar es el mismo, pero luce distinto, la hierba verde del 18 de enero de 2019 ha dado paso a un campo seco y triste. Cruces y capillas lucen al fondo como recuerdo de aquellos que perdieron la vida en una de las tragedias más grandes de Hidalgo: la explosión de un ducto de gasolina.

Fueron 137 vidas segadas por el infortunio, la ignorancia, la pobreza y la curiosidad, pero también por el delito. Todos los ingredientes estaban puestos: en esos días había escasez de combustible y en la región el robo de hidrocarburo era constante.

Aquí, en uno de los campos de cultivo en el lugar de la explosión, está Juan, vecino de la comunidad de El Cerro de la Cruz y empleado de los dueños del predio.

Juan recuerda que el día de la explosión era mucha la curiosidad: todos salían de sus hogares, en auto, motocicletas y a pie, con bidones para recolectar el combustible.

- Estaba ese día en la casa y desde ahí alcanzaba a ver el chorro de gasolina, se veía como fuente y le decía a mi esposa ¿Y si voy?, entonces ella contestaba: "Estás loco, ¿a qué quieres ir" (...) pude haber sido yo.

- Aquí se hablan muchas cosas, la mayoría dice que el número oficial de personas que murieron no es ni la mitad de las víctimas reales -comenta bajo el sol.

Juan trabaja con los...

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