Campeón de las barras

AutorNayeli Estrada

Las flores de mayo han marcado la vida de Israel Barón, el mexicano que competirá en la final mundial de World Class 2023, a realizarse en Sao Paulo. En mayo (de 1996) llegó al mundo, en mayo (de 2020) conectó con su pasión, en mayo (de 2021) se integró al equipo de Casa Prunes y este mayo se coronó triunfador rumbo al mundial de mixología.

Oriundo de Capulhuac, Edo Méx, y estudiante en la UVM, campus Texcoco, Israel perfilaba su ruta hacia la organización de eventos: pasó los últimos semestres de su carrera entre maletas y pases de abordar, pero la pandemia y el confinamiento viraron su rumbo.

"Una vez egresado, seguí trabajando en agencias de viaje. En marzo de 2020, en el aeropuerto rumbo a Tamaulipas, el cliente me habló y me dijo que ya no tomara el avión porque el evento se había cancelado; de ahí vino una lluvia de cancelaciones.

"Me encerré un mes en mi departamento a leer y hacer ejercicio, a desconectarme, pero luego decidí hacer algo más", recuerda.

Israel vio en la escasez de cerveza, generada por las medidas sanitarias, una oportunidad: regresó a Capulhuac a probar suerte vendiendo cocteles. Una publicación en Facebook promocionaba sus mojitos y margaritas.

"En mayo de 2020 puse un tablón en el patio de mis papás y empecé a ofrecer para llevar. Vendía 200 margaritas y 300 mojitos al día, descubrí que me gustaba mucho la barra y seguí investigando. La pandemia me hizo bartender", detalla el campeón.

En un principio su crecimiento fue autodidacta, pero, ante el franco éxito de su negocio, Barón decidió volver a la escuela.

"Entré a la Universidad Mexicana de Mixología a tomar un diplomado, en septiembre. Con ayuda del negocio, pagaba la escuela y mi transporte a la CDMX.

"Cuando mis clientes se enteraron, pedían más porque sabían que ya estaba preparándome. Así reforcé mi mapa de sabores y empecé a mezclar. Al final, tenía una carta con 30 cocteles".

Tras un año de preparación, llegó el momento de buscar prácticas profesionales. El sueño de Israel era ser parte del equipo de Fifty Mils, dentro del Four Seasons. No lo logró, pero su tenacidad conseguiría abrirle espacio en la barra de Casa Prunes, bajo la batuta de Mica Rousseau.

"Lavaba vasos, pulía la cristalería... pero nunca me desesperé, eso me motivaba más. Mi papá siempre me inculcó ser el mejor en cualquier trabajo que me tocara desempeñar.

"Me paraba en una esquina donde veía toda la barra y si a alguien se le iba a acabar el jugo de limón, antes de que lo pidiera ya iba...

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