Camina

AutorJosé Ramón Mora

A menudo me acuerdo de una frase del pintor sevillano Luis Gordillo, dicha por él hace ya tiempo pero que, calculo, continúa reflejando el sentir de muchos de sus compañeros de profesión.

A la pregunta de qué opinaba él del momento que estaba viviendo el arte, Gordillo, ya bastante mayor, respondió: "Yo me levanto todos los días con la noticia de la muerte de la pintura, así que ya se imaginará usted lo que pienso".

Desde luego que la pintura no ha muerto -si acaso, ya no es la reina del baile-, pero, precisamente por su nueva situación, exige de los que la practiquen una clase de actitud de alerta y reflexión que no todos los artistas desean o incluso están en condiciones de tener.

La contraparte es que, cuando se asume esta actitud, los resultados suelen funcionar. Y eso es lo que pasa con el proyecto de Víctor Hugo Macías.

Sus imágenes toman la forma de un ejercicio preciso de gramática visual, por medio del despliegue de una clase de habilidad gráfica que le sitúa como uno de los dibujantes más sorprendentes cuya obra yo haya podido ver al natural.

Macías crea signos-engendro, yuxtaponiendo imágenes comunes -piernas, plantas, animalitos- y posteriormente concatenando estos pequeños sintagmas visuales de creación propia en secuencias que juegan con la repetición y con el uso de proporciones absurdas, y que tienen tras de sí fondos...

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