Un cambio profundo de las estructuras socioeconómicas, el desafío real

AutorLeticia Quezada Contreras
Páginas113-116
Hablar de la feminización de la pobreza es hablar de una realidad que tiene sus ante-
cedentes remotos. El feminismo lleva tiempo utilizando esta expresión para hacer
referencia al sostenido empobrecimiento material de las mujeres, el empeora-
miento de sus condiciones de vida y la vulneración de sus derechos fundamentales.
En esta época se ha indicado que la mayoría de los 1.500 millones de personas
que viven con un dólar o menos al día son mujeres. La brecha que separa a los hom-
bres de las mujeres atrapados en el ciclo de la pobreza ha seguido ampliándose, fenó-
meno que ha llegado a denominársele como "la feminización de la pobreza".
Este fenómeno es una categorización que pone al descubierto una organiza-
ción social en torno a los mercados, donde la preocupación primera es la generación
de rentas y no la satisfacción de necesidades humanas.
Diversas teóricas han concluido que esta feminización no es ajena al reparto
social de trabajos entre géneros, sino que participa y se nutre de la desvalorización
de los trabajos no remunerados de las mujeres, pero también de las personas adul-
tas, de los jóvenes e incluso de los niños.
Cifras actuales de la UNICEF calculan que en todo el mundo hay 158 millones
de niños y niñas de entre cinco y 14 años que trabajan, lo que equivale a uno de cada
seis niños y niñas. Millones de niños y niñas trabajan en condiciones de peligro. Esto
es una realidad y están expuestos a algún accidente o inclusive que sean raptados
para fines tan delicados como lo es la trata de personas.
Hablar del predominio de las mujeres entre los pobres, de la limitación al
acceso a recursos de importancia crítica, como los préstamos, la tierra y la herencia;
la falta de una recompensa y reconocimiento al trabajo de la mujer; la falta de aten-
ción de la salud y nutrición; las carencias al acceso adecuado a la educación y a los
servicios de apoyo; la limitación y ausencia de espacios de participación en la adop-
Un cambio profundo de las estructura
socioeconómica, el desafío real
Leticia Quezada Contreras
deben otorgarse sobre bases no mercantiles sino como un derecho para todos los
que tienen hijos.
3)De igual forma se deben abandonar las políticas de contención salarial, que
afectan a hombres y mujeres, ya que a pesar del aumento en la escolaridad en nues-
tro país, los niveles de privación siguen siendo muy altos. Para la superación de la
pobreza es importante no sólo elevar los niveles de educativos sino generar las con-
diciones para desarrollar la actividad económica y aumentar las oportunidades de
empleo.
112 La Feminización de la Pobreza en México

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