Cambio de piel

AutorLupita Aguilar

Su experiencia como realizador de accesorios para Dior, Alexander McQueen, Celine, Tom Ford y Michael Kors, sólo por mencionar algunas exclusivas marcas internacionales, le convierten en un profesional que ha recorrido un mundo de historias en piel, antes de llegar a la que ahora habita.

Es Pablo Coppola, director creativo de la firma suiza de marroquinería y moda Bally, y en entrevista, asegura haber trabajado mucho y suficiente para estar al centro de una gran compañía, en cuyas tiendas se exponen artículos que proyectan calidad superior.

Considerado entre los creativos contemporáneos de mayor escala, Coppola asegura sentirse satisfecho de que, a sus 37 años de edad, ha laborado en múltiples casas de alto nivel. El concepto suntuario quizá le ha marcado, pero él considera que para bien.

"El lujo siempre es sencillo y de textura suave. Se toca y se mira de igual forma, no perturba", comparte el diseñador, nacido en la ciudad de Buenos Aires y egresado del reconocido Instituto Francés de la Moda, en París.

"Al trabajar, yo siempre busco los valores que integran los pilares de la marca en la que estoy, porque en eso creo. Los míos son funcionalidad, diseño y comodidad, incluso sobre el bien estético", agrega.

En una maleta imaginaria de fina piel color marrón, él ha guardado las enseñanzas de las casas donde se ha formado: de Alexander McQueen, trabajar en equipo; de Dior, imponer ante todo la calidad; de Tom Ford, el lujo extremo; y de Celine, siempre pensar en las clientas para las que diseña.

Y ahora, Bally despertó en él un interés por la investigación.

"Gracias a sus más de 100 años de...

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