¿Me cambio... o no

AutorAdán Tamariz

Determinar si un joven debe o no estudiar la preparatoria donde cursó la secundaria es una decisión que se debe tomar en familia y sin miedo.

Así lo considera Fabiola Torres, coordinadora de Desarrollo Humano y Prevención Integral en la Universidad La Salle.

"Debe ser una decisión consensuada. Aunque la decisión final recae en los papás, pues el alumno aún no tiene la capacidad de decidir, de cualquier manera se debe conocer su opinión. Se trata de que no sea, tal cual, una imposición, sino una negociación", comenta.

"No hay una regla para decir si el cambio es bueno o malo, depende de la situación particular de la familia y de la personalidad del alumno".

Dado que entre los 15 y 18 años, apunta Torres, inicia la adolescencia y el desapego del alumno de la familia nuclear, uno de los factores más importantes a considerar, mas no el único, son los círculos de amistad que se generaron durante la secundaria.

"El grupo de amigos toma el primer lugar, pero para considerar un cambio se tendría que valorar la fuerza que el chico tiene para enfrentar exigencias del mundo y sus necesidades personales", asevera.

"Hay adolescentes en los que se sabe que el cambio no será un problema mayor, pero hay otros donde cierta fragilidad personal podría ocasionar un problema grave".

Otros factores que deben tomarse en cuenta, a decir de la coordinadora, son las normas que regulan la convivencia en la nueva escuela, así como el programa educativo y el tamaño de la matrícula.

Las actividades extracurriculares, explica, son aceleradoras del proceso de adaptación de los chicos, pues se realizan fuera de las aulas, se permite la interacción con compañeros, lo cual facilita la cercanía y mayor conocimiento.

Si el cambio es de una institución varonil o femenil a una mixta, la especialista asegura que resultará benéfico para su desarrollo psicosocial.

"Es un cambio menos complicado porque por naturaleza necesitamos el contacto con personas del sexo opuesto. En un primer momento podría ser difícil, sobre todo si no han tenido oportunidad de relacionarse con personas del sexo opuesto, pero es algo que se da de manera natural", señala.

Jaqueline McNamara y Aranza Esqueda, estudiantes de 17 años, tomaron decisiones distintas al terminar la secundaria; pero, ambas están satisfechas y se preparan para la universidad.

Aranza, por ejemplo, se cambió del Colegio Florencia Nightingale al Instituto Guadalupe Insurgentes.

Entre los cambios abruptos, la alumna cuenta que mientras...

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