Cambian coca por ecoturismo

AutorOctavio Pineda

Corresponsal

NÚCLEO SAN RAFAEL, Colombia.- Jimmy Saldaña, de 38 años, habita en las estribaciones de la Sierra Nevada de Santa Marta, en la costa colombiana, y hasta hace seis años se dedicaba a sembrar hoja de coca.

"Uno no sembraba por gusto, sino por el abandono en que lo tenía el Estado. Aquí no había una autoridad que llegara a hacerle una propuesta diferente a uno", explica.

Para Saldaña, con familia que alimentar, era mucho más rentable echarse al hombro una carga de hoja de coca que una carga de yuca, pero reconoce que vivía con temor a las autoridades.

"Entonces no teníamos tranquilidad. Uno vivía siempre preocupado con la Policía, con la fuerza pública, que en cualquier momento lo podía agarrar", dice.

Para no meterse en problemas, ni siquiera averiguaba si quien le compraba el insumo para elaborar cocaína pertenecía a la guerrilla, a los paramilitares o a una banda de narcotraficantes.

Hoy, Saldaña es propietario de una de las cinco posadas ecoturísticas del Núcleo San Rafael, a las puertas del exótico Parque Tayrona, al norte de la Sierra Nevada de Santa Marta, ambos reservas naturales.

Beneficiado por el programa gubernamental Familias Guardabosques, Saldaña accedió a erradicar voluntariamente sus sembradíos ilícitos para desarrollar proyectos alternativos, que en su caso fueron las posadas ecoturísticas de San Rafael.

Recuerda que en 2003, cuando llegaron los primeros funcionarios a ofrecerles una alternativa de vida, muchos campesinos se mostraron escépticos.

Pero tras arduas conversaciones, que abordaron la compra de tierras para reconversión de uso y el monto y plazo de subsidios, los labriegos beneficiados empezaron a ver que el proyecto tomaba forma.

"Hemos tenido capacitaciones sobre el manejo que se debía dar a las posadas, qué era lo que podía uno ofrecer y para qué", expone.

Hoy en día, sin pensarlo dos veces, Saldaña agradece el cambio de vida.

"Llegó la sustitución de cultivos ilícitos y ahora ya levantamos la frente ante la fuerza pública, no nos da miedo pasar al lado de ellos", afirma. "Estoy muy contento con el cambio y quiero seguir en esto".

Richard Velázquez, líder de la asociación de Posadas Ecoturísticas de la Sierra Nevada, es otro de los beneficiados.

"Tenía una hectárea de hoja de coca y entre nosotros comentamos que esa plata (dinero) era maldita", señala Velázquez, quien ahora se muestra consciente del daño ambiental que causaban los cultivos ilícitos.

Contacto con la naturaleza

Adentrarse en las 343...

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