Cambia la sotana por un uniforme

AutorSantiago Vega

Primero intentaba salvar almas, ahora busca reconciliar a las personas que tuvieron algún problema con la autoridad o encauzar a los menores que han cometido alguna falta.

Sus trabajos y acciones lo han puesto cara a cara con el problema de la seguridad pública, primero como sacerdote a través del programa de Pastoral Penitenciaria y después como encargado del departamento de Prevención Social de la Policía de Tonalá.

Ramón López Ramos se ordenó presbítero en 1996, pero en el 2002 decidió no continuar con su ministerio.

"El sacerdocio para mí es lo máximo, pero tiene exigencias y compromisos que llegó un momento en que yo sentí que ya no estaba cumpliendo con ellos honestamente", afirmó el hombre.

"Compromisos como el celibato, la obediencia y el trabajo en equipo, algunos de esos me estaba costando mucho trabajo cumplir con ellos".

Colgar la sotana tuvo consecuencias desagradables, como que muchas personas le dejaron de hablar.

López Ramos estudió 13 años en el seminario hasta que finalmente obtuvo los votos sacerdotales. Ingresó al seminario a los 18 años inspirado por un sacerdote...

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