La calle / Las letras y el cine

La novela de Gabriel García Márquez se ha impreso en México cuarenta y dos veces, desde su aparición en diciembre de 1985. La más reciente de ellas, de apenas diciembre de 2007 reconoce su parentesco con la película de Mike Newell, pues en la portada figuran Giovanna Mezzogiorno y Javier Bardem, que son Fermina Daza y Florentino Ariza en la cinta norteamericana filmada el año pasado.

No hay comparación, sin embargo, entre las letras escritas por García Márquez y el filme construido por Newell. Como lo dijimos ayer, sería estéril decir si la película es fiel al relato literario. Cada producto tiene su propia lógica, usa su propio lenguaje, se propone diferentes fines. Cada uno tiene sus propias limitaciones. En una historia donde la intimidad de los encuentros amorosos, el de los tímidos adolescentes que apenas se conocen y el de los viejos que más de medio siglo después, sin conocerse tampoco entonces, la plasticidad de la pantalla tiene menos que decir que la escritura.

Compruébelo usted. Si ya vio la película, o si atiende nuestra recomendación y lo hace, no espere ver traducido al lenguaje fílmico lo que pasar a partir del día en que Florentino "conoció a Fermina Daza y se le acabó la inocencia.

"La había visto por primera vez una tarde en que Lotario Thugut lo encargó de llevar un telegrama a alguien sin domicilio conocido que se llamaba Lorenzo Daza. Lo encontró en el parquecito de los Evangelios, en una de las casas más antiguas, medio arruinada". Tras entregar el mensaje, cuando ya se retiraba, vio a dos mujeres que leían: "La lección no se interrumpió, pero la niña levantó la vista para ver quién pasaba por la ventana, y esa mirada casual fue el origen de un cataclismo de amor que medio siglo después aún no había terminado".

Ariza averiguó que la niña tenía trece años y se llamaba Fermina, una "bella adolescente de ojos almendrados" que iba a un colegio caro de monjas. "Fue de ese modo como Florentino Ariza inició su vida sigilosa de cazador solitario. Desde las siete de la mañana se...

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