La Calle Diario de un Espectador/ Teatro de la Capilla

Ayer Jesusa Rodríguez y Liliana Felipe festejaron el medio siglo del Teatro de La Capilla, establecido por Salvador Novo hace cincuenta años, y en cuyo predio ambas abrieron hace ya cerca de veinte años El hábito, uno de los reunideros más activos del sur de la ciudad de México. Jesusa, que a sus talentos de comediante une su empuje empresarial, emprendió además la aventura de retomar la tradición escénica que Novo llevó al extremo de construir su propio local. Puesto que además el cronista de la ciudad de México fue una especie de notario de sí mismo, que daba cuenta pública de sus ires y venires, podemos leer en sus propias palabras los pormenores de la función inaugural, celebrada el 22 de enero de 1953.

Novo escribía por aquel entonces una carta semanal en la revista Mañana, que aparecía dirigida al director de la publicación, Daniel Morales.

Había amainado ya en esa época la intensa labor periodística en que a finales de los treinta y media década siguiente emprendió Novo, que lo obligaron a contratar ayudantes que escribían columnas bendecidas por el prestigio de Novo y aun identificables por su estilo, pues se llegó al artificio extremo de imitar convenientemente la manera de escribir del maestro.

Cuando Miguel Alemán llegó a la Presidencia de la República, nombró director de Bellas Artes al gran músico Carlos Chávez, que a su vez encargó a Novo de las actividades teatrales. Antes de que terminara el sexenio 1946-52, Novo se apartó de la burocracia (e incluso se hizo miembro, él, tan apolítico, de un partido que creyó de oposición, el Partido Popular) y preparó su regreso a la actividad privada. Entonces concibió la idea de construir el teatro de La Capilla, enteramente de su propiedad, para montar en él obras de su predilección, y sólo ocasionalmente las suyas propias.

Escogió para la apertura del establecimiento una pieza italiana, El presidente hereda, de Cesare Giulio Viola, "que está llena de bien logrados momentos dramáticos y que, como todas las italianas, resuena mucho en nuestro...

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