La calle diario de un espectador / Sabrina

Aunque su programación es repetitiva (uno puede ver la misma película semana tras semana) y enojosamente plagada de anuncios (salvo algunas excepciones), una buena razón para contratar televisión de paga, Cablevisión en particular en la ciudad de México, es la oportunidad de ver buen cine. El otro día, por ejemplo, pudimos deleitarnos con Sabrina en su segunda versión, la dirigida por Sydney Pollack.

Una primera cinta de ese nombre fue hecha en 1954 por Billy Wilder, con un reparto magnífico. Lo era en ese momento y su magnitud fue agrandándose al paso del tiempo, no sólo porque sus integrantes forjaron una gran carrera cada uno sino porque se generó uno de esos efectos que produce el paso del tiempo, el embellecimiento de lo pasado. Sabrina era Audrey Hepburn, a quien aprenderíamos a admirar cinta tras cinta, así fueran tan diversas como Charada y Mi bella dama. Los hermanos Larrarabee, por su parte, eran encarnados por Humphrey Bogart y William Holden.

Cuarenta años más tarde, en 1995, Pollack emprendió la riesgosa aventura de filmar de nuevo esa historia. Escogió para hacer de heroína a Julia Ormond, una debutante actriz inglesa, a quien arropó con Harrison Ford como Linus (el papel que hizo antes Bogart), mientras que asignó a Gregg Kinnear la difícil emulación de Holden, en el papel de David Larrarabee.

La historia ocurre en un suburbio elegante de Nueva York y en París. En la espléndida mansión de los Larrarabee Linus y David van forjando su carácter. El mayor se encargará de los negocios familiares, como lo hicieron su padre y su abuelo, y a esa dedicación se entrega por completo, hasta hacerse un solterón huraño, tanto más solitario cuanto más exitoso. En sentido contrario, David es un enamoradizo bueno para nada, renuente a ocupar un lugar en la empresa familiar y que huye de toda relación que amenace con el matrimonio. Cuando finalmente una agraciada y rica investigadora médica lo coloca cerca del altar, aparece Sabrina.

Ella es hija del chofer de la familia. Unos pocos años menor...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR