La Calle: Diario de un Espectador / Leslie Caron

La señora Audel figura en dos o tres momentos de Chocolate. Es una viuda que sigue vestida de luto después de cuarenta años del fallecimiento de su marido. La historia narrada en la película ocurre en 1959 y el esposo murió en la Guerra mundial, pero no en la segunda sino en la primera. Y, por supuesto, junto con el duelo mantiene la negativa de permitirse el acercamiento de un devoto, tímido y por lo tanto lejano enamorado. Al final ambos se aproximan, como uno de los efectos mágicos del cacao, natural o procesado, que administra Juliette Binoche en su chocolatería repleta de secretos de origen maya. La senil pareja llega al extremo de bailar en una fiesta de marginados aunque ellos están lejos de serlo.

La señora Audel es representada por Leslie Caron. Salvo la figura menudita, nada queda de aquella francesita apasionada que a su vez apasionó a los adolescentes de los años cincuenta. Nada, salvo la fuerza de su presencia, el vigor de los recuerdos que provoca, la cauda de evocaciones que su nombre suscita. Leslie Caron ya había tenido una fugaz aparición al lado de su paisana Juliette Binoche, en Damage. Ahora la acompaña de nuevo tal vez en una involuntaria, e incómoda, reiteración de la lapidaria sentencia: como te ves me vi, como me ves te verás.

Leslie Caron nació en París el 1o. de julio de 1932. Iba a tener la vida de los franceses acomodados y cercanos a las expresiones artísticas, pero se topó con el cine. Su padre era un químico que fue también miembro de la diplomacia francesa durante un tiempo. Su madre, norteamericana, tenía alguna relación con el negocio del espectáculo. Graciosa y ágil bailarina desde niña, a los trece años actuaba ya profesionalmente en funciones de dos veces por semana en un teatro para niños, aún antes de ingresar al Conservatorio para afinar sus destrezas. Al conseguirlo, no tardó en incorporarse al Ballet de los Campos Eliseos.

Allí la vio bailar Gene Kelly, experto en bailar y en apreciar a quien lo hiciera bien. Y la llevó a Hollywood, donde no paró de hacer películas...

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