La calle diario de un espectador / Flor de Nochebuena

Desde finales de noviembre y comienzos de febrero, periodo que tiene en su centro el día de hoy, sobresale en la ornamentación de las casas y los establecimientos comerciales y aun en oficinas públicas y privadas, la nochebuena, como sintéticamente llamamos a esa flor oriunda de estas tierras. Cuando la llamamos flor y aludimos a sus pétalos de rojo intenso, en realidad cometemos un error pues no se trata de pétalos sino de hojas, que por un fenómeno singular no son verdes como ocurre en general con el follaje de los arbustos. Propiamente hablando, la flor es casi imperceptible: se trata de formaciones amarillas, minúsculas, que nacen en el centro de las estrellas escarlatas que animan la fiesta navideña.

Su nombre náhuatl es cuetlaxóchitl (aunque hemos leído también que se le llamaba simplemente tlaxochitl). Aquella denominación era ambigua: quería decir flor de cuero, y se ignora si se llamaba así porque el color de sus hojas recordaba la carne viva según la mostraban los heridos en combate o las víctimas, o porque machacadas sus hojas servían de tinte, mezcladas con una resina de los abetos que crecían en las montañas del valle de México.

Apreciada por la vivacidad de su color en el México prehispánico, lo fue también en la época colonial, en que se le asoció a las celebraciones litúrgicas relacionadas con la Navidad. De allí que su presencia en las pastorelas y en los nacimientos se convirtiera en una de las formas nativas de celebrar el gran acontecimiento del cristianismo. Aunque haya confusión al respecto, se sabe que la flor tenía también otros usos. Se habla de que servía para curar algunos males digestivos aunque, en sentido contrario, se alertaba contra su toxicidad. Lo que parece inequívoco, pues se cuenta con documentación al respecto es que el protomédico mexicano (es decir, el primer facultativo en ejercicio en lo que sería nuestro país) el doctor Francisco Hernández halló en el siglo XVI que favorecía la producción de leche materna y por eso se recomendaba...

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