La Calle: Diario de un Espectador / Delirio

Todo comenzó por un lamentable accidente, que inutilizó temporalmente la mano de Eugene Fodor. Todo el mundo ha sufrido la terrible inutilidad que sobreviene a una fractura o una lesión menor en los dedos, la palma, el dorso, la muñeca. Pero si se trata de un violinista, los efectos de una cortadura (en la mano izquierda en este caso) repercuten mucho más allá de la molestia o el dolor personales.

Fodor había comprometido su actuación en el cuarto programa de la actual temporada de la Orquesta Sinfónica de Minería. Ya antes había tocado con esa agrupación, dirigida por Jorge Velasco, y se esperaba la interpretación, de nuevo, del primer concierto de Paganini, para violín y orquesta que nunca antes que él había tocado aquí.

Pero uno pone y la cortadura dispone. De manera que Fodor dio aviso de su imposibilidad, y Velasco debió suplir su falta sobre la marcha, y hacerlo de modo que no desmereciera el nivel de calidad sostenido por la orquesta de Minería ni se sintieran ofendidos los escuchas de la orquesta por contar en el primer fin de semana de agosto con un programa menor del inicialmente anunciado.

Consiguió Velasco ese propósito al incluir a Alfonso Moreno y su ya clásica interpretación de la música de Joaquín Rodrigo. Esta vez fue la Fantasía para un gentilhombre, que fue tocada con sensibilidad y talento por el todavía joven y ya muy maduro guitarrista con cuyas interpretaciones se deleitaban, en privado, hace un cuarto de siglo, los invitados a muy entretenidas reuniones en la casa del escritor Ricardo Garibay, que era a la sazón suegro de Moreno, casado entonces con Minerva, la hija mayor del gran prosista hidalguense.

Moreno ha ido quedándose calvo y se ha vuelto rechoncho, lo que dificulta un tanto su paso. Debió caminar, eso no obstante, una y otra vez entre las sillas y los atriles de los músicos que, con tanto o mayor entusiasmo que los espectadores aplaudieron los hallazgos del guitarrista, gambusino afortunado en los placeres sonoros del compositor español. Una y otra vez fue y vino a...

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