La Calle Diario de un Espectador / La dama de honor

En su casa en una población rivereña sobre el Loira, los hermanos Phillipe, Sophie y Patricia esperan a su madre, Christine a la que acompañarán a conocer a un eventual novio que cure su viudez. El mayor, de 25 años, reprocha a sus hermanas, la primera de 23, la segunda adolescente, el que vean la nota roja por televisión: una chica ha sido secuestrada, no se encuentra su cuerpo y se culpa al novio (que después sabremos, incidentalmente que ha sido exonerado).

Christine, una peinadora (cultora de belleza se les decía antaño) no está muy entusiasmada con su amigo Gerard, pero además de presentarle a sus hijos desea darle como regalo una cabeza regalo de su primer marido y que luce en una columna en el jardín. Así lo hace y tiempo más tarde, rota la incipiente relación por simple desaire grosero, Phillipe la descubre en la nueva casa del ex amigo materno, la roba y la convierte en una suerte de fetiche.

Sophie está por casarse. Su novio, empleado del ayuntamiento y bombero voluntario, invita como dama de honor para la boda a su prima, nacida Stephanie que, sin embargo, cambia periódicamente su nombre y a la sazón se llama Senta. Al terminar la sesión fotográfica, la chica aborda a Phillipe, animada por un flechazo de Cupido según le hará creer después. Pero cuando la boda está por terminar y el muchacho se retira a trabajar en su casa, ella rehúsa el ofrecimiento de "darle un aventón".

Al rato, sin embargo, aparece en el domicilio de Phillipe. Llega hecha una sopa, empapada por la lluvia que no alcanzó a aguar la fiesta nupcial. Al secarse y ponerse ropa que Phillipe le ofrece, se aproximan sensualmente, Ella se desnuda, tienen un primer encuentro amoroso y lo invita a su propia casa. La casa es también extraña. Tiene tres niveles. El superior permanece cerrado, el intermedio es ocupado por Rita, madrastra de Senta que baila tango permanentemente con un amigo al que reprocha su impericia. Y el sótano, donde entre incomodidades vive Senta. No tardan en jurarse amor...

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