La Calle Diario de un Espectador / Chihuahua

Aunque sea sólo por unas horas, pues nuestro propósito en estas breves vacaciones veraniegas consiste en aprovechar la audacia ferroviaria que asciende y desciende por los recovecos de la sierra Tarahumara, con sus abismales barrancas, hasta desembocar en tierra sinaloense, hemos estado en Chihuahua.

Las prisas a que obliga el servicio aéreo son apresuramiento sólo para el pasajero. Las aerolíneas tienen en común una pachorra de la que no hay poder humano que las saque. Y como dicen en la Sinaloa a que nos dirigimos, "a ver, reclámale al ampayer", un refrán beisbolero que implica la inutilidad de desacatar un mandamiento de la autoridad, con lo que obligan a uno a avenirse a lo que dispone quien tiene la sartén por el mango.

En el escritorio donde se documenta el equipaje la orden es precisa y apenas cumplible: en la sala siete a las seis y cuarto se nos dice cuando faltan unos minutos para que fenezca ese plazo. Hace ya más de una hora, en plena madrugada, que traíamos para ocupar puntualmente nuestros asientos, para el vuelo 212 de las siete de la mañana. Nos sorprende la multitud que en ordenadas filas pasa los mecanismos de seguridad de la sala de abordaje nacional, pero hacemos lo propio sin tardanza. Y en la zona comercial que antecede a las salas de espera, que en sí mismo es un enorme recinto para ese propósito, una leyenda en la pantalla que muestra los horarios de Aeroméxico nos frena: nuestro vuelo está demorado media hora.

Buscamos acomodo en la poblada área de cafeterías y apenas iniciamos el disfrute del humeante líquido, una prevención nos asalta. Revisamos una vez más la pantalla, y la indicación "demorado" ha desaparecido y en vez de ella un "a tiempo" nos obliga a apretar el paso, café en mano, con permanente riesgo de que un ademán descontrolado nos lo vuelque en el cuerpo. Al llegar al mostrador donde se despacha el vuelo, nuestro reproche es respondido por otro, que nos recuerda la obligación de estar allí a las 6:15. Entrar enseguida en el vehículo que nos llevará al avión no significa que se inicie pronto el...

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