Calidez a cucharadas

AutorAnaluisa Béjar

Todos los caminos de la historia y la geografía llevan a la sopa. Sin importar el rincón del mundo, desde que pudo hacerse un recipiente para contener líquido, seguramente hay sopa. Las versiones que disfrutamos hoy son descendientes de las maneras antiguas de cocinar carne y otros ingredientes.

Una sopa puede ser una comida entera, su inicio o final. La sopera caliente al centro de la mesa es universal. Nada abraza igual en un día lluvioso o refleja mejor la habilidad más noble de un cocinero: tomar ingredientes sencillos y crear algo sublime.

LAS PALABRAS IMPORTAN

Según la Real Academia, la sopa es un plato compuesto de uno o más ingredientes sólidos y caldo. De allí parten discusiones profundas, como la de la línea entre sopa y guiso caldoso.

Complicando aún más las cosas, una crema puede o no tener lácteo, pero es una sopa a base de puré. Una bisque es una sopa cremosa con base de mariscos y, ya que el nombre se refiere más a la consistencia que a los ingredientes, la definición se ha expandido.

Un consomé es un caldo clarificado, que también clasifica como sopa, al igual que un caldo de pollo o frijol. En México, para sumar a las complejidades, la definición también abarca sopas secas, lo cual parecería una contradicción.

UN POCO DE HISTORIA

Vestigios demuestran que los ancestros neandertales hacían este plato. La palabra deriva del latín suppa, que refería a pan servido en caldo; el Imperio Romano fue fundamental en extender su uso.

Mientras tanto, en China surgen las primeras recetas. Bizantinos y otomanos llevaron consigo dichas influencias de Asia Central. Durante el Medioevo y Renacimiento la sopa hervía en grandes calderos. En 1765, un parisino abrió un local para vender sopas restaurativas, así nace el primer restaurante.

Uno de los más importantes avances en el siglo 20 fue el desarrollo de la sopa ramen industrializada y el crecimiento de las versiones enlatadas.

EN QUÉ SE SIRVE

La respuesta obvia es: en un tazón. Pero no todos son iguales. Caldos transparentes con alguna guarnición lucen más en platos extendidos. Sopas orientales, con largos fideos y tropezones para comer con palitos, requieren un tazón con bordes altos, conocido como donburi. Una sopa de cebolla necesita un recipiente resistente, que tolere las altas temperaturas del horno al gratinar los crutones. Si se trata de algo muy denso, como una sopa de lentejas de la India, la sopa rusa de betabel borsch, bisques o cremas, tazones pequeños serán suficientes, la...

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