Calaveras 2003

AutorRoberto Gómez Junco

VICENTE FOX

Porque así son sus caminos

y la muerte actúa con saña,

cuando vio a Fox en Los Pinos

lo sacó de su cabaña.

Obedece nuevas normas

y al morir trabaja en serio,

pero siguen sus reformas

sin llegar al cementerio.

MARTA SAHAGÚN

De Sahagún nadie nos cuenta,

cuando muere en un segundo,

si logró ser Presidenta

al llegar al otro mundo.

Sepultada fue sin prisas,

pero suena un tanto ingrato

que repartan sus cenizas

Michoacán y Guanajuato.

ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR

Dicen jueces informantes

que por ser tan incisivo

falleció tres años antes

de llegar a su objetivo.

Ingresó con buen humor

en el más allá intangible,

donde López Obrador

sigue siendo indestructible.

JOSEFINA VÁZQUEZ MOTA

Se produce todo un brete

y el ambiente se alborota,

al cuartearse el Gabinete

por morirse Vázquez Mota.

Al pasar su funeral

no se dice en su oficina

si entre muertos lo social

desarrolla Josefina.

ROBERTO MADRAZO

La calaca iba de paso,

y esgrimiendo su guadaña,

se llevó de uno a Madrazo

al arranque de campaña.

Despidieron a Roberto

con un grito un tanto vil:

“Para el 6 está tan muerto

como estaba en el 2 mil”.

JOSÉ WOLDENBERG

Pasó todo en un segundo

y un suceso triste fue

que del IFE y de este mundo,

se marchara así José.

Del panteón fue muy airosa

su salida del lugar,

y al salir dejó una fosa

muy difícil de llenar.

ELBA ESTHER GORDILLO

Por fallar al convencer,

aunque fuera a su partido,

desde entonces Elba Esther

sin remedio ha fallecido.

Unas parcas desalmadas

y esqueletos inexpertos,

le grababan sus llamadas

al hablar con otros muertos.

SANTIAGO CREEL

Creel descansa en su lugar,

al llegarle a él la hora,

pues no pudo conciliar

con la parca opositora.

Aunque casi se derrumba,

se repone al poco rato,

y no dice ni en su tumba

si se siente candidato.

CARLOS ROMERO DESCHAMPS

Un infarto muy certero

le ha salido un tanto caro

(de morir hoy, a Romero,

no lo salva ni el amparo).

Hasta muerto se despacha,

ocupado en varias cosas,

pues formó una “coperacha”

con los huesos de otras fosas.

JORGE EMILIO GONZÁLEZ

Esa muerte nunca pierde

y en verdad se ve muy gacho

que a pesar de estar tan verde,

se llevara a ese muchacho.

Pataleó gritando “¡Auxilio!”,

pero de ir al más allá

no salvaba a Jorge Emilio

ni siquiera su papá.

FRANCISCO BARRIO

Una flaca pintoresca

lo alcanzó al montar un potro,

y tras una leve gresca

mandó a Barrio para el otro.

Los demás en el panteón

le hacen muchas alharacas,

pues su nuevo corazón

apantalla a las calacas.

DIEGO FERNÁNDEZ DE CEVALLOS

Sufre Diego en su prestigio

(aunque tanto se resista)

al perder ese litigio

con la muerte penalista.

En su tumba, sin temor,

traza bien sus objetivos,

al fungir de defensor

de los muertos y los vivos.

MANUEL BARTLETT

Falleció nomás así,

de un infarto un tanto cruel,

y al panteón del viejo PRI

se llevaron a Manuel.

Su epitafio está grabado

con palabras algo duras:

“Acabó bien sepultado,

pues quería quedar a oscuras”.

PABLO GÓMEZ

“De una vez te llevaré;

ven aquí, que a ti te hablo”,

dijo allá en el PRD

la de negro, al ver a Pablo.

Más allá, en los otros lados,

se quejó de su fortuna,

y tampoco entre finados

aceptó reforma alguna.

LUIS ERNESTO DERBEZ

Por andar en otro lado

le llegó el hecho funesto,

y un deceso inesperado

acabó con Luis Ernesto.

Viaja mucho entre panteones,

y aunque emprende nuevos retos,

andan mal sus relaciones

con los otros esqueletos.

ERNESTO ZEDILLO

Una flaca sin presencia

enseñó su adusto gesto,

cuando en una conferencia

decidió llevarse a Ernesto.

En su entierro, muy sencillo,

escuché varios ¡Carambas!,

que emitía el propio Zedillo

al quedarse sin sus chambas.

FELIPE CALDERÓN

No es posible que en el bloque

de reformas participe,

porque de un tremendo toque

fulminaron a Felipe.

Aún espera en el panteón

(no lo entierran todavía),

pues se vino un apagón

que acabó con la energía.

CARLOS SALINAS DE GORTARI

Casi entierran a Salinas,

y lloró por él Roberto,

pero dicen las catrinas

que en verdad no estaba muerto.

Al salir del camposanto

avisó de su regreso,

y el panteón, con el espanto,

...

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