Calamaro, al natural

AutorHugo Lazcano

Con Romaphonic Sessions, Andrés Calamaro emprende una nueva ruta sonora en su carrera musical, despojándose de un estilo que lo caracteriza en el rock en español.

Todo nació en julio del año pasado, con un show que diseñó para abrir un concierto de Bob Dylan en San Sebastián, España.

El músico argentino contó que buscaba algo con otro "fee-ling", menos rockero; un material compuesto por temas cuya riqueza armónica le dieran una consistencia comprometida, emotiva y vital.

Es por ello, puntualizó, que esta grabación al lado del pianista Germán Wiedemer tiene una textura natural.

"Para esta grabación no tenía sentido corregirse demasiado, pero conseguí buenas 'primeras tomas', porque un repertorio comprometido merecía un punto más de atención en el canto, el tiempo y la expresión.

"Probablemente la mayoría sean 'primeras tomas'. Además, no estábamos en un verdadero estudio con un ingeniero y facilidades para corregirse. Estábamos en una habitación con los amplificadores de guitarra (que no usaron), sin ingeniero ni aparatos sofisticados de grabación. Fue una grabación informal y espontánea", resaltó Calamaro en charla vía correo electrónico.

En la placa hay canto y expresión a través de piezas como "Nueva Zamba para mi Tierra", "Biromes y Servilletas" y "Milonga del Trovador", cuya arquitectura narrativa corresponde a autores de la talla de Litto Nebbia, Leo Masliah, y Astor Piazzolla, respectivamente.

"El intérprete tiene un compromiso con la interpretación. Aunque suena a obviedad, no es una afirmación superficial. Los géneros populares de América tienen grandísimos intérpretes y pisar el terreno de los grandes cantantes es delicado", dijo el músico de 54 años.

"No hay tiempo para la tristeza...

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