Eduardo Caccia / Infocracia

AutorEduardo Caccia

Nuestros padres, nuestros abuelos, así, hasta la primera generación, manejaron menos información que nosotros, y todo indica que nuestra descendencia tendrá que lidiar, progresivamente, con más datos, fuentes, noticias, hechos, que nosotros. Pregunta al aire: ¿quién es más feliz?

Apenas el viernes pasado, en el seno de las Naciones Unidas, se firmó el primer tratado de telecomunicaciones, que entre otras cosas pretende regular la internet globalmente. Noventa naciones se adhirieron, unas 20, entre ellas Estados Unidos, se manifestaron en contra por considerar que así se apoya un mayor control de los gobiernos sobre el ciberespacio. Las voces que apoyan este tratado argumentan que es necesario para democratizar los servicios en línea a los países más pobres. De nuevo: ¿más información traerá más progreso y felicidad?

En la genial cinta "¿Y Ahora a Dónde Vamos?", de Nadine Labaki, encontramos un pueblo aislado, perdido en el desierto libanés, donde cohabitan armónicamente musulmanes y cristianos. Inmersos en sus ritos, respetuosos de una mezquita y un templo católico, venerantes de Mahoma unos, de Cristo otros, han encontrado una vecindad pacífica, tanto como sus cementerios, de un lado del camino el musulmán, del otro el pintado de cruces. Pero lo rescatable de la anécdota es que la paz de esta singular comunidad es truncada por la ocurrencia de uno de sus habitantes que consigue una televisión (aparato ajeno a las costumbres del pueblo).

Una vez que musulmanes y cristianos asisten comunitariamente a ver la única televisión de la comarca, empiezan a recibir información que no tenían, noticias de otras latitudes donde quedan en evidencia conflictos entre religiones y creencias políticas. Esta circunstancia rompe la armonía de la comunidad, los que antes eran vecinos amables pronto se convierten en enemigos mortales. Más información les provocó más conflictos, fundamentalmente porque se movieron sus expectativas de vida.

Acabo de tener un gran encuentro con el creador de la teoría "La revolución de las expectativas", David Konzevik. Con la agudeza y visión preclara que le caracterizan, me explica que el reto de una democracia consiste en el delicado equilibro de las expectativas que genera a los diferentes grupos. Cuando hay grandes distancias entre lo que espera un habitante y lo que...

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