Del cacaotal a la barra

AutorViviana Mahbub

Promovido por la Asociación Nacional de Fabricantes de Chocolate, desde 2019, cada 2 de septiembre, se celebra el Día Nacional del Cacao y el Chocolate.

Para conmemorar esta efeméride, te contamos sobre tres proyectos que entretejen historias familiares, amor por México y sus árboles cacaoteros.

HERENCIA ANCESTRAL

Regalo de México para el mundo, el cacao crece en zonas tropicales húmedas y se cosecha dos veces al año (abril-mayo, noviembre-diciembre).

En tiempos prehispánicos, esta semilla era moneda de cambio, privilegio de nobles y guerreros; de hecho, su nombre científico viene de "Theo", que significa dios en griego, y "broma", del latín, que quiere decir manjar. Theobroma es, entonces, "manjar de los dioses".

Cuenta la leyenda que Quetzalcóatl robó el árbol del cacao a los dioses, le pidió a Tláloc lluvia para que creciera y a Xochiquetzal, diosa de la belleza y el amor, que le diera flores... De ahí que que se destinara a celebraciones y ritos.

Chocolates Wolter

En Tabasco

Iniciativa de: Ana Parizot Wolter y Alejandro Campos

En las entrañas de Comalcalco, se erige Hacienda La Luz, con 26 de sus 50 hectáreas tupidas de cacaoteros y árboles frutales, cedros, ceibas, caoba y flores. Este oasis selvático en medio de la mancha urbana tiene la vocación de producir chocolates finos.

Su historia comienza a escribirse de la mano del doctor Wolter, abuelo de Ana, quien migra para atender a alemanes propietarios de las plantaciones de hule afectados por enfermedades tropicales. Enamorado de aquella tierra, Otto se establece, se casa y adquiere la hacienda.

"En 1999, Alejandro y yo empezamos al frente de la fábrica, cambiamos empaques, pero conservamos las recetas originales de mi abuelo. En 2006, durante un viaje, al ver como belgas, suizos y franceses tratan al chocolate como una joya, pensamos en el potencial que teníamos", narra Ana.

Corría 2014 cuando su primera barra fue desdeñada por el Salón del Chocolate en París. Decididos a no rendirse, integraron un grupo de asesores. Alejandro se certificó como catador y, al fin, su barra de maracuyá regresó triunfante de Francia en 2016.

Hoy son la chocolatería mexicana más premiada en el mundo. Exportan a España, China, Francia..., trabajan con restaurantes y hoteles en Baja California, Nuevo León, Jalisco y San Luis Potosí; aun así, les representa un desafío entrar al mercado chilango.

"Los retos, las innovaciones, los tours por la plantación y los premios ganados son una gran motivación para...

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