Caballos educados

AutorAlberto Bortoni

Un día lluvioso no es el mejor momento para disfrutar de un Z06; menos en las zonas urbanas de las ciudades de México, en donde los encharcamientos, baches ocultos y asfalto resbaladizo son más comunes de lo que nos gustaría.

Pero en la nueva generación del Z06 hay algo que no había en otros Corvette, hay un poco de civilidad en su manejo; más bien, bastante civilidad. No es que 650 caballos de fuerza y 650 lb-pie de torque no puedan ser intimidantes; lo son, pero estos caballos finalmente hacen caso y no quieren salir todos en todo momento.

La modalidad de lluvia y nieve del Corvette hace un muy buen trabajo modulando y permite que el conductor pueda modular la potencia que quiere transmitir a las ruedas traseras. Así, arrancar patinando no es la única opción cuando llueve.

Pero no es sólo la electrónica lo que hace del nuevo Z06 un modelo agradable de manejar en cualquier tipo de condiciones; es también la facilidad de modular sus controles. El volante es preciso y aún que tiene una operación rápida no es necesario un gran esfuerzo por parte del conductor para transmitir sus instrucciones al vehículo, que sin duda las ejecuta muy rápidamente. Lo mismo el embrague, que resulta sorprendentemente suave para un auto con 650 lb-pie de torque.

Pero hay que esperar a que el pavimento seque para poder aprovechar a un mayor nivel las cualidades del Z06 y es que este realmente es un superauto digno de ser comparado con los mejores europeos del mercado; sin importar que estén muy por encima de su precio.

Una de las cualidades disfrutables tanto en mojado como en seco es la linealidad con la que el motor entrega su potencia. No hay sorpresas. Entrega más y más potencia conforme se presiona el acelerador y a diferencia de algunas motorizaciones turbocargadas nunca hay una explosión de potencia en su desempeño; sólo una progresión lineal, que aunque rápida resulta predecible.

La transmisión manual tiene una agradable operación en la mayoría de las situaciones. El embrague es también progresivo y, como ya se ha dicho, suave en su operación. Los cambios se pueden hacer rápido en las velocidades bajas y con el igualador de revoluciones, que automáticamente sincroniza las revoluciones del motor con las de la transmisión sin necesidad de hacerlo manualmente, es fácil parecer profesional sin necesidad de intentar la técnica de punta-talón.

El único inconveniente de la transmisión es que se trata de una transmisión de siete velocidades y sin ningún candado...

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