COORDENADAS / Cómo ven al País inversionistas foráneos

AutorEnrique Quintana

Para arrancar la semana, la empresa siderúrgica Ternium, anunció un proyecto de 4 mil 200 millones de dólares en el estado de Nuevo León para los próximos cinco años.

En los próximos meses, el Gobierno lanzará la licitación del puerto de Punta Colonet, en el que habrá inversiones directas del orden de 4 mil millones de dólares, con participación de extranjeros.

Casi todas las empresas automotrices de EU han aumentado sus inversiones y tienen planes para expandir su capacidad productiva. Las del sector aeronáutico, no cesan de llegar.

Los grupos financieros extranjeros voltean insistentemente hacia el mercado nacional y empresas mexicanas como Banorte atraen compradores que estarían dispuestos a desembolsar más de 10 mil millones de dólares para quedarse con ellos.

Sin embargo, esta disposición de los inversionistas extranjeros poco tiene que ver con las conversaciones que se escuchan entre los empresarios mexicanos.

El tema dominante hoy en día es la inseguridad pública. Prácticamente no hay mesa, pasillo u oficina, en la que ese no sea el tema central de las conversaciones.

Los tópicos son las anécdotas y casos que contamos y escuchamos, a propósito de todo tipo de delitos que hemos padecido directamente o de los que hemos sabido. Desde los relativamente leves, como el robo de alguna bolsa o teléfono, hasta los trágicos como los secuestros.

Si logramos salir del tema de la inseguridad, otro más al que saltamos es el de la burocracia y las mil dificultades que existen para hacer negocios. Junto con la burocracia y los cientos de trámites absurdos, también hace su aparición la corrupción, sobre la cual también pueden contar mil y un historias entre los directivos empresariales.

Saltemos de tema. Otro de los que aparecen una y otra vez es el del alto costo del crédito o las dificultades crecientes para conseguir financiamiento. Escuchamos de las dificultades de uno para pagar y de los problemas de otro para que le den o le amplíen su línea de crédito.

No podía estar ausente el tema de los elevados precios de los servicios públicos. Contamos lo mucho que pagamos de energía eléctrica o por impuesto predial. O bien la mala calidad que tienen las carreteras o el pésimo servicio que se obtiene en las oficinas de Luz y Fuerza del Centro o del IMSS o de alguna otra dependencia.

Ya no le sigo.

Cuando uno hace un resumen de todos estos conceptos, de plano no se explica cómo es que hay empresarios extranjeros que, pese a este cuadro tan adverso y...

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